Ángel López: “Los Juegos Olímpicos fueron nuestro sueño hecho realidad”

Hablamos con este joven fermosellano nacido en Madrid que, con tan solo 25 años, puede presumir de un largo currículum deportivo a sus espaldas: ha participado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2017, fue capitán de la Selección Española de Rugby 7 durante dos años, ha sido internacional en todas las categorías y modalidades del rugby y ha conseguido dos clasificaciones para los World Seven Series en 2012 y 2017.

 Ángel López: “Los Juegos Olímpicos fueron nuestro sueño hecho realidad”
Ángel López: “Los Juegos Olímpicos fueron nuestro sueño hecho realidad”

P.- ¿Cuándo comenzó tu afición por el rugby y qué te llamo la atención de él?

R.- Cuando tenía 13 y 14 años estuve interno durante un año en un colegio de Inglaterra para mejorar mi nivel de inglés. Fue una experiencia fantástica y allí, además de otros muchos deportes, en el trimestre de invierno se jugaba al rugby. Lo probé y me gustó, me pareció un deporte muy exigente a nivel mental y táctico. Pero, sin embargo, lo que más recuerdo de aquel primer año de rugby fue la emoción que sentí al meter mi primer ensayo, un subidón de adrenalina que nunca había sentido antes. Al volver a España, tenía muchos amigos en el colegio que casualmente estaban apuntados en un equipo en Boadilla, así que dejé el pádel y el fútbol y me apunté a rugby.

P.- ¿Dónde diste tus primeros pasos como deportista?

R.- Yo creo que los di cuando aún estaba dentro de la tripa de mi madre. Mis padres siempre me cuentan que desde bien pequeño me ponía a darle patadas a una pelota contra una pared durante horas, nada más aprender a caminar. Siempre me interesó el deporte, y siempre he hecho mucho. Me gusta la libertad que me aporta, la oportunidad de pasar tiempo con mis amigos y la sensación de competir.

P.- ¿En qué momento pasaste de ser un aficionado a este deporte a competir profesionalmente?

R.- Bien temprano. Tuve suerte. Ya con 16 y 17 años le dedicaba bastante tiempo al rugby, y ya jugaba en categorías inferiores de la selección nacional. Poco después, con 18, llegaron mis primeras convocatorias con la selección española absoluta. Ahí yo ya intuí lo que se me venía encima. Sin embargo, el día de mi 19 cumpleaños me lesioné la rodilla de gravedad y estuve parado 7 meses después de la operación de ligamento cruzado y menisco. A mi reincorporación, ya empezó el tren del rugby profesional, de entrenar por las mañanas y no sólo por las tardes como antes, y de dejar de lado muchas cosas por vivir lo que al final sí vivimos.

P.- Hace un año que viviste la experiencia de los JJOO, ¿cómo fue? ¿qué te has llevado de esa aventura?

R.- Los JJOO fueron nuestro sueño hecho realidad. Y quizás eso fue lo que más valor tuvo de toda aquella gesta. Estuvimos muchos años con mucha dedicación, mucho esfuerzo, preparando el camino olímpico. Una vez allí, se viven tres semanas soñadas, conviviendo con todos los deportistas que ves por la tele, en la villa olímpica, una competición con muchísimo nivel, pero, sin duda, si me tengo que quedar con algo es con el camino que vivimos para llegar hasta allí. Con toda la convivencia, los entrenamientos y los viajes que fueron necesarios para llegar a esa conexión que logramos como equipo. Es difícil de explicar, pero una vez se vive, es fantástico.

P.- ¿Cómo has podido compaginar tus estudios de medicina con ser jugador profesional de rugby?

R.- Yo creo que la clave es la organización y tener los objetivos claros. Siempre digo que hay tres pilares a los que uno tiene que atender cuando es joven, que son: deporte, estudios y ocio. Mi opinión, es que se le puede dedicar mucho tiempo a dos de ellos como máximo, dejando al otro medio abandonado. No hay opciones mejores ni peores, pero hay que tener claros los objetivos que uno tiene y ser consecuente. Yo elegí deporte y estudios y fui consecuente, supe agachar la cabeza cuando mis amigos salían. Nunca me arrepentiré.

P.- Hace poco anunciaste tu retirada del mundo del deporte para dedicarte a tu carrera como médico, ¿fue difícil tomar esa decisión? ¿Por qué fue así?

R.- Es una decisión que ha llegado de forma natural y en un momento perfecto. He sido un afortunado porque los tiempos en los que se han desarrollado los eventos me han favorecido mucho.

El año pasado acabé la carrera, jugamos los JJOO y a la vuelta estudié el MIR. El examen me salió bien, así que fui capaz de coger la plaza que quería. Eso supone una jornada laboral de 8 horas al día, como la de cualquier otro trabajador, y es incompatible con el deporte de alto nivel.

Es difícil bajarte de un tren que te aporta tanto, en el que te lo pasas bien y que te apasiona. Pero como digo es una decisión que viene de una forma natural y lógica, y he sustituido el rugby por otra actividad que me apasiona, la medicina. Es una profesión que me apasiona y que cubre todas mis necesidades de retos y de encontrar cosas nuevas. Además he recaído en un hospital fantástico y estoy encantado con mis compañeros. Aunque, por supuesto, el rugby siempre lo echaré de menos. 

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