El Atlético Benavente pierde el tren del ascenso

Los blanquiazules fueron superados por un África Ceutí que demostró tener un potencial brutal, con una defensa muy sólida y un ataque vertical que aprovechó cada concesión de los benaventanos. El equipo de Chema Sánchez debía remontar el 6-3 de la ida y acabó empatando 7-7.

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El sueño del ascenso se esfuma. El Atlético Benavente tenía en la mano la posibilidad de hacer historia veinte años después y devolver a la localidad a la Liga Nacional de Fútbol Sala con un ascenso a Segunda División. La escuadra blanquiazul tenía claras las cuentas, vencer por tres goles y dejar al rival en menos de tres dianas. Esas cuentas llevaban a los benaventanos al cielo de la Segunda División.

Cómo era de esperar, la afición no falló. La Rosaleda se quedó extremadamente pequeña para albergar a todos los aficionados que querían ver el duelo. Desde muchos minutos antes de choque la hinchada ya estaba jugando el duelo. El primer gol era de la afición, el segundo del convencimiento del Benavente y a partir de ahí el duelo debía decidir. Ese era el guión del choque que tenían los locales. Pero el duelo no se desarrolló por esos derroteros.

No hizo falta aguantar apenas tiempo. Las hostilidades se rompieron desde muy pronto. Cómo en la ida, la estrategia le dio mucho rédito al Ceutí y en el primer saque de esquina hacía el 0-1. Apenas habían pasado dos minutos de encuentro pero el Atlético Benavente respondió bien. Novoa remató un saque de esquina para llevar el delirio a las gradas. Los blanquiazules estaban motivados, la afición apretaba y quedaban diecisiete minutos hasta el descanso.

Pero ahí llegaron minutos desalentadores para la afición local y para la escuadra de Chema Sánchez. A los blanquiazules se les nubló la vista, se sobreexcitaron y se cargaron con cinco faltas a los ocho minutos. Además, encajaron goles por errores propios. Pérdidas de balón en zonas de creación e incluso de último jugador propiciaban acciones contra Vara que eran aprovechadas por los ceutíes para irse al 3-1.

En los últimos minutos de la primera parte entraron en juego los diez metros. La actuación arbitral no estuvo a la altura del partido, permitiendo muy poco en un choque de play off y de alto voltaje. Por eso, ambas escuadras y sobre todo los locales se vieron perjudicados con ese rasero. Dos tantos para los visitantes y uno para el Atlético Benavente, obra de Charlie, llegaron desde el doble penalti.

Con ese desalentador 2-5 se llegaba al descanso. Los benaventanos necesitaban un parcial de 7-0 para ascender y la empresa era casi imposible. Pese a todo, los pupilos de Chema Sánchez se dejaron el alma para al menos llevarse el duelo. El segundo acto comenzaba con una diana de Malaguti, que ponía en pie a la afición cuando apenas se había jugado un minuto de segunda mitad. A renglón seguido, el África Ceutí respondía con otra diana.

Y entonces llegó lo que pudo ser el punto de inflexión. Los goles de Joselu y Charlie en apenas un minuto (25) ajustaban el marcador al 5-6 y obligaban al técnico visitante a pedir un tiempo muerto. Todavía hacían falta cinco goles. Era casi imposible pero La Rosaleda no renunciaba al milagro. Los benaventanos apostaron con el portero jugador durante cinco minutos y luego con un pívot hundido durante otros cinco. Pero pese a tener varias ocasiones no lograron el tanto de la igualada.

Se entraba en los últimos seis minutos y ambas escuadras se dejaron en la pista todo lo que les quedaba. El ascenso estaba decidido pero ambos querían acabar con todo. El Ceutí hacia el 5-7, pero solo treinta segundos después Ángel ponía de falta el 6-7 a falta de cinco minutos para el final. Charlie restablecía las tablas (7-7) cuando restaban 1,30 para el final. Resultado que sin ser suficiente para el ascenso al menos sirvió de prueba fehaciente que los benaventanos se dejaron todo hasta el final. El ascenso tendrá que esperar.

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