La primera de las diez finales para el Balonmano Zamora Enamora llegaba al Ángel Nieto junto al Horneo Alicante. Dos equipos que estrenaban sus caminos en la pelea por la salvación en un duelo más que vital para los locales.
En un ambiente cargado de emoción y de apoyo para los pistachos, el Balonmano Zamora y el Horneo Alicante dejaron claro desde el comienzo que sus planes pasaban por arriesgar poco y buscar la seguridad atrás. Pero como quien busca divertirse y seguir disfrutando al máximo de su deporte favorito apareció Cláudio Lopes. El angoleño demostró con los dos primeros goles que la presión no pasaba por él y que si hacía falta lanzar iba a estar ahí. Un soplo de aire fresco más que necesario para un equipo agarrotado.
La igualdad estuvo presente en la pista, sin ninguna opción de abrir brecha por uno u otro lado aunque Víctor en la portería sacó varias paradas que frenaron a los visitantes. Paradas de mérito que permitieron el 8-8 al cuarto de hora.
David Mach saltó a la pista poco después para detener un lanzamiento de siete metros y caldear todavía más a una afición voraz y con ganas de victoria. Además, la defensa hizo gala de su mejor nivel deteniendo dos ataques alicantinos y, en el otro área, los pistachos fueron eficaces para mantener el partido al rojo vivo y poner el 11-10 a través de Jaime.
Ventaja que se elevó a los tres tantos con el 14-11 de Anderson Silva. Diferencia psicológica que se convirtió en letal con las paradas de Víctor y otro gol de Cubillas desde la esquina para hacer soñar a la grada a cinco minutos del descanso. Tiempo de descanso que llegó al recinto zamorano con la calma del 18-14 en el marcador.
La segunda parte comenzó de la manera que acabó la primera, con un BM Zamora Enamora lanzado y frenando cualquier acción visitante. Cerrando espacios, Alicante mejoró ligeramente y fue capaz de poner la desventaja en tres goles con el 23-20 pasados los doce minutos. Mejoría visitante que llevó el duelo al 25-23 para apretar de nuevo las tuercas pistachas.
Con los nervios a flor de piel los locales comenzaron a tener problemas en los pases, perdiendo balones en la frontal del área rival y pecando de querer ir demasiado rápido en lugar de jugar con la ventaja a favor. Errores que también llegaron en lanzamientos desde los siete metros y de media distancia, permitiendo a Alicante colocarse a solo un gol -con el 26-25 a falta de ocho minutos-.
Cláudio quiso zanjar cualquier reacción y desde su campo echó a correr hasta el área rival, colocándose frente a cuatro rivales y sacando un potente disparo para volver a abrir una pequeña ventaja. Bocanada de aire para un equipo que, pese a todo, dejó atrás los fantasmas en el momento preciso y firmar la primera victoria en el estreno de la segunda fase con el definitivo 31-28.
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