El Balonmano Zamora pasa de la tranquilidad a la tensión, pero lo acaba solventando

Los pistachos, que llegaron a tener 10 goles de ventaja, vieron como el Covadonga se puso a tres goles

Balonmano Zamora-Covadonga
Balonmano Zamora-Covadonga

Parecía que el Balonmano iba a dominar con puño de hierro, de hecho lo hico durante 50 minutos, pero cuando hay grandes rentas, a los pistachos se les sigue atragantando cerrar los partidos. El Covadonga se dejo llevar pronto, pero reaccionó en la segunda parte, redujendo la desventaja de 10 a 3 goles. Fue mérito de los pistachos que interpretaron el partido a la perfección. El gran Diego no pudo con todo, bastante fue que dirigió todas las operaciones de juego. Hasta que llegó el minuto 26 y los visitantes amenazaron con poner en peligro la victoria local. Pequeño susto que quedó en nada (36-31).

Indios, pequeñas "ratonas", piratas o animadoras con sus pompones. Las gradas del Ángel Nieto fueron de lo más coloridas con motivo del Carnaval. Helaba fuera del pabellón, caían pequeños copos de nieve, pero en el interior hacía calor. Es lo que tiene no parar de animar con el micrófono, palmas y tambor.

La fiesta, eso sí, sufrió un apagón que duró 20 minutos. Nada más poner la pelota en juego, los cables se fundieron y, de repente, se hizo de noche.

Tras una pausa, mientras se solucionaba el contratiempo, Balonmano Zamora y Covadonga por fin pusieron su juego en pista. Choque de palmas entre rivales por segunda vez y a por el partido.

Los primeros goles llegaron desde los siete metros. Comenzó el Covadonga y respondieron los pistachos. Toma y daca inicial hasta que Lautaro emergió con su presencia. Se hace grande el portero argentino en la portería, luciendo una elasticidad propia de la gimnasia artística. Con el 4-4, los Guerreros de Viriato acabaron con las hostilidades. Tres goles de renta para poner el 7-4 en el electrónico.

El Covadonga vio aplacada su energía. Quería ser letal en ataque con su veloz circulación de balón, pero los pupilos de Félix Mojón supieron neutralizar esas embestidas. Los pistachos estuvieron bien en defensa, intensos y concentrados para cerrar las vías de acceso a la portería de Lautaro. Hugo agrandó la renta (13-7), si bien el Covadonga trataba de responder a los golpes locales de la mano de un gran Álvaro Paino y Diego Fernández.

La inspiración en ataque siguió. Los Guerreros de Viriato dominaban y las sensaciones eran más que buenas. Los de Félix Mojón le habían tomado la medida a su rival. Si el Covadonga es un equipo que amenaza con su velocidad, el Balonmano Zamora respondió con la misma medicina, sin dejar que la defensa se colocara en el parqué.

Tres goles consecutivos de los pistachos. Oier, Pau y Hugo dejaron "groggy" al Covadonga. La renta ahora era de siete goles (18-11). Al descanso, Félix Mojón sonreía (20-13): ventaja jugosa y buen juego. La peor noticia de todoe ste primer tiempo fue la posible lesión de Jortos en el brazo.

El tiempo de descanso le vino bien al Covadonga. Diego lideró las asociaciones visitantes con su buena mano y su cerebro para distribuir el juego. Jorge, con el 99 a la espalda, estuvo impecable para meter el balón por el centro. Pero si se habla de estar soberbio, hay que mencionar a Lautaro: un pulpo en la portería para dejar sin reacción a David.

La renta se estableció en los 6-7 goles. Félix no quiso ver relajación ninguna. Oier robó y anotó el 31-23 y Marco Torres, con un espectacular giro mientras se caía, subió la renta a los 9 goles. Y cuando hay grandes rentas...el Balonmano Zamora a veces no sabe gestionarlo. Se vació la portería y eso provocó que el Covadonga redujera la renta a tres goles. De 10 a 3 goles de renta. Pero eso no intimidó a los pistachos. Guille puso el 35-30 en el electrónico. Respiro de alivio y la novena consecutiva (36-31)

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