A las puertas del partido ante Antequera, el Balonmano Zamora Enamora realizaba uno de sus últimos entrenamientos en su pista y lo hacía con un apoyo diferente al habitual.
El primer equipo abría las puertas a su afición para recibir el mayor ánimo posible, encontrándose a un puñado de aficionados de todas las edades que no dudaron en ir hasta el pabellón Ángel Nieto.
Jugadores y cuerpo técnico realizaron su entrenamiento habitual, no sin mirar cada poco tiempo a una grada que, pese al horario, acogió a una treintena de personas que quisieron apoyar a los suyos de cara a una misión complicada: salvar la categoría.
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