El BM Zamora recibía este sábado a uno de los rivales, a priori, más complicados del grupo, Antequera. Lo que tenían claro desde el conjunto pistacho es que no iban a amedrentarse, fueran cuales fueran las dimensiones de la cita y así correspondía el Ángel Nieto.
El partido comenzó mejor para los Guerreros de Viriato, que pronto lograron ponerse por delante en el marcador, aunque, no obstante, la igualdad no tardó en llegar al electrónico. Una igualdad que daba cuenta clara de que ambos equipos eran plenamente conscientes de que llegaban al encuentro con mucho en juego, y que se mantuvo durante todo el partido. Si bien los pistachos conseguían adelantarse en el electrónico, los antequeranos no permitían que los locales se escaparan y pusieran tierra de por medio.
Conforme pasaban los minutos y el final del partido se acercaba lenta, pero inexorablemente, el ambiente en el Ángel Nieto estaba cada vez más caliente. Un abarrotado graderío llevaba en volandas a los suyos desde el comienzo del partido y, ya más cerca del final, hacía que cada acción fuera un infierno para los visitantes y un completo éxito para los locales.
El BM Zamora Enamora no lograba escaparse más de dos goles de distancia de su rival, a pesar de la buena puntería que estaban demostrando en ataque. El Ángel Nieto, descontento con el arbitraje, no dejaba de ser una caldera que se encendía con cada mínimo detalle, para bien o para mal. En la pista, los jugadores pistachos se centraban en buscar una victoria que, a cada segundo que pasaba, veían más cerca. Asimismo, desde la pista, los jugadores animaban a su afición para que no levantara el pie del acelerador, del mismo modo que ellos tampoco lo harían.
Finalmente, el encuentro se saldaría con el 32 - 30 a favor de los pistachos, para delirio de jugadores, entrenador y afición, todos conscientes de las dimensiones de la victoria que se había conseguido.
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