La jugadora de Minnesota llevaba unas jornadas arrastrando unos problemas de rodilla que hacen desaconsejable su continuidad. En un primer momento los servicios médicos del Club habían detectado esa anomalía, si bien se siguió un programa específico de tratamiento, el cual no ha dado los frutos esperados.
La jugadora visitó recientemente al médico de su Universidad de procedencia que ha corroborado lo que ya temían los servicios médicos. Ambos diagnósticos aconsejan un parón de toda actividad física intensa en aras a no provocar una grave lesión de impredecibles consecuencias.
Todo esto hace desaconsejable esperar un plazo estimado de dos o tres meses, que dado lo inexacto del periodo de recuperación y el posible estado anímico de la jugadora tras la lesión, han llevado a rescindir el contrato de vinculación por mutuo acuerdo de ambas partes.