El CB Zamora da un golpe de timón y deja atrás la tormenta con un soberbio triunfo ante el Ourense Baloncesto

Los blanquiazules estuvieron fuertes en el rebote y se hicieron grandes en los momentos de más tensión, con un Jordan Walker imperial en la anotación

CB Zamora-Ourense Baloncesto
CB Zamora-Ourense Baloncesto

¡Así sí, CB Zamora! Nadie dudaba de que el equipo liderado por Saulo Hernández iba a dar un golpe de timón para enderezar el rumbo después de cuatro derrotas consecutivas. Nadie duda de la calidad y de la resiliencia de un equipo que brega hasta quedarse exhausto.

Los blanquiazules corrigieron su debe con el rebote, fueron agresivos e intensos en las disputas y también se hicieron grandes en los momentos en los que el Ourense Baloncesto apretó. Una victoria (93-84) para cimentar el camino. Jordan Walker, con 23 puntazos y liderando al equipo, y Zaid Hearst, acabaron como máximos anotadores. 

El ritmo endiablado, las pulsaciones altas, que son la seña de identidad, lo recuperó el CB Zamora en su compromiso con el Ourense. La merma física, acompañada de un tramo de temporada que a veces no acompaña, fueron alarmas que se activaron para que los blanquiazules no perdieran de vista que deben emplearse a fondo en una categoría exigente.

Fue lanzar el balón al aire y ser un torbellino. Walker inauguró el electrónico y el Ourense aceptó el reto de imprimir al partido una velocidad alta, aunque en esos primeros lanzamientos desde el perímetro, el tino no acompañó a un conjunto gallego coral. Ondraj recuperó su esencia, la esencia y el aroma del triple lo acompañó Omar Lo, y el CB Zamora deleitó en un buen primer cuarto (23-13).

Esa energía se había metido en el cuerpo del CB Zamora y iba a ser muy difícil que saliera. El Ourense amenazó con dar un paso al frente con un triple, pero allí estaba Powell para sofocar el atisbo de reacción. Cuando el base está mal, el CB Zamora lo nota, pero cuando está de dulce, el CB disfruta. El rebote, un debe de este CB Zamora, sí que acompañó, pero fue complicado sujetar a Krikke, poderío físico a manos del Ourense.

Esa ventaja de diez puntos en la que se movían los blanquiazules se fue disipando hasta los tres puntos de renta (37-34). Pero los pupilos de Saulo Hernández respondieron a la perfección. Fueron sólidos en el rebote y letales en ataque. Al descanso con nueve puntos de ventaja (48-39).

El tiempo de descanso le sentó bien al CB Zamora. Tan bien como un trago de agua fresca en pleno verano. Mantuvo la agresividad defensiva y siguió dominando el rebote, haciéndose fuerte en la pintura. En ataque, los de Saulo eran una bala. El balón quemaba y había que apagar la llama introduciéndolo en la canasta. La buena mano de Walker fue vital para situar al CB a 9 puntos de distancia (58-49). No había que relajarse en el asalto definitivo (67-61).

La reacción del Ourense llegó en el peor momento de los blanquiazules, que perdieron la lucidez y empezaron a ver la canasta más pequeña. El cuadro gallego se puso por primera vez en el partido por delante, aunque fue una ligera desventaja, nada que no pudiera solucionar Walker con su puntería. El partido entraba en un tramo de tensión para la afición local, pero de diversión para la afición neutral.

Walker, Saintel y Zaid Hearst pusieron remedio a la enfermedad. Hubo tiempo incluso para un triple de Pauksté sobre la bocina y ya con el partido para sentencia. Atrás dejó el CB la tormentay puso punto y final a una victoria sufrida, trabajada y ansiada. 
 

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