Alicante salía a morder a los zamoranos desde el bocinazo inicial, mientras que los de Saulo Hernández, defendidos desde el primer minuto con una presión a pista completa, comenzaban erráticos en el tiro. Pese a que el ritmo del partido era frenético, no se materializaba en puntuación para ninguno de los dos equipos. Alicante, que estaba siendo superior sobre el parquet, no conseguía escaparse en el marcador, con constantes fallos en el tiro.
Esto ayudaba a los visitantes, que incluso conseguían realizar grandes jugadas combinativas. En los primeros compasesincluso Sango Niang conseguía romper a la defensa alicantina combinando con Ibitayo, para recibir en entrada y asistir a Soler en un auténtico jugadón. Sin embargo, poco duraría la alegría de los zamoranos, puesto que Alicante conseguiría a partir de aquí golpear una y otra vez a los de Saulo Hernández, yéndose al segundo cuarto una ventaja de seis puntos.
La capacidad de reacción de los zamoranos seguía sin mostrarse en el segundo cuarto, llegando rápidamente el colchón de puntos valenciano a unos cómodos diez puntos. La dinámica de los visitantes no estaba siendo buena, algo que obligaba al técnico visitante a pedir tiempo muerto. No obstante, esta pausa no se materializaba sobre el marcador. Daba la sensación de que mientras que los alicantinos anotaban con relativa facilidad, el CB Zamora tenía que trabajar mucho las jugadas para puntuar. Con esta tesitura se llegaba al descanso 44-26.
El descanso no parecía sentarle bien a los zamoranos, quecontinuaban recibiendo puntos en jugadas rápidas. Los pocos destellos de los visitantes eran rápidamente apagados por HLA Alicante, que conseguían mantener una barrera de veinte puntos, imposible de alcanzar para los de Saulo Hernández. Cheick Conde continuaba una y otra vez haciendo las delicias de los aficionados del Pedro Ferrándiz, que estaban disfrutando de un recital de su equipo, que conseguía meter 35 puntos en el tercer cuarto.
El último periodo se le hacía largo al espectador zamorano. El CB Zamora intentaba recortar la ventaja pero, al no conseguirlo, caía en dos minutos en una falta técnica y una antideportiva. Con un los ya virtuales vencedores desconcentrados, los visitantes podían recortar la ventaja tímidamente, mientras los aficionados del pabellón canturreaban el triunfo de su equipo.