La temporada 2023/2024 será diferente para el Atlético Benavente. Más allá de que los partidos de liga serán de Segunda División B, la imagen más icónica que no se dará en la Rosaleda será la presencia de Chema Sánchez en el área técnica. Después de cinco años liderando el proyecto, el salmantino se despedía de la entidad esta misma semana de manera oficial y ponía punto final a esta última etapa de los blanquiazules. Una salida pactada por ambas partes que, pese a todo, no ensombrece la buena relación de Chema Sánchez con la afición y la localidad de Benavente.
El año acabó de la peor manera posible, con un descenso de categoría en un curso donde el Atlético Benavente arrancaba con la moral por las nubes después de dos play-off por el ascenso a Primera División. Todo un logro para el club y la ciudad, la cual se vio por momentos muy cerca de la élite. Sin embargo, las cosas no funcionaron y, en palabras del entrenador: "Todo lo que podía salir mal ha ido mal". Con lesiones, falta de efectivos para entrenar y la salida de cuatro futbolistas en el mes de noviembre -con Malaguti y Novoa entre ellos-, el cuadro blanquiazul acabó perdiendo su plaza en el segundo peldaño del fútbol sala nacional en una travesía donde, además, no ha podido competir durante tres meses en su casa y ha tenido que viajar hasta la capital zamorana.
"Duele el descenso". El salmantino tiene claro que la despedida no es la idónea, pero también considera que "la balanza está muy a favor" con el recorrido de estos cinco años, por lo que espera que "la gente se vaya a quedar con el trabajo de estas temporadas". Cinco años donde la implicación ha sido constante. "Los lunes y martes he estado trabajando durante 14 horas con el fútbol sala", explica el técnico, reiterando que ha vivido una temporada "muy aciaga pero de mucho aprendizaje".
Con su adiós llega el final de una etapa donde el Atlético Benavente ha vivido los mejores años de su historia, rozando la gloria. Un adiós en el que Chema Sánchez ha sentido el cariño de la afición y la gente del club: "Me voy de Benavente por la puerta grande, siempre va a ser mi casa porque me siento muy querido".
Sin un banquillo definido para la próxima pretemporada, las ofertas no han faltado nada más acabar el curso y han llegado desde la propia Segunda División y de un club de la parte alta que ha apostado de una manera "muy potente" por Chema. Interés que, por el momento, no ha terminado de decantar la balanza de un charro que quiere tomar distancia y plantear su futuro con los suyos después de varios años de un "desgaste enorme". Recorriendo cerca de 300 kilómetros durante casi todos los días de la semana, el camino de Chema Sánchez a Benavente ya no se realizará de manera habitual, aunque deja la puerta abierta a colocarse de nuevo en el futuro en el área técnica del pabellón de la Rosaleda.
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