David Movilla, tras el ascenso: "Estos cuatro meses sin cobrar han sido lo menos duro de la temporada"

El técnico rojiblanco tuvo un especial recuerdo para sus hijos "a los que tanto tiempo les he quitado por este escudo".

La celebración del ascenso del Zamora CF, en imágenes
La celebración del ascenso del Zamora CF, en imágenes

Los balcones del Ayuntamiento retumbaban por la fuerte música de una Plaza Mayor abarrotada hasta la bandera para homenajear a los héroes del ascenso. Entre la multitud ahí estaba él, Movilla. Ataviado con la misma camiseta que los jugadores, "sus chicos", a los que siempre ha defendido por encima de todo y entre los que ayer fue uno más, como siempre ha sido. 

La emoción era palpable en el ambiente, pero también en cada una de sus palabras tras haberse obrado el milagro. Difícil no llorar en una tarde como la vivida el pasado lunes. Una tarde en la que toda una ciudad latió en rojiblanco mirando a un balcón tan soñado durante años. 

Un momento que el mismo Movilla soñó cuando: "Hace seis años estaba cenando al lado del Ayuntamiento cuando me llamaron para ser el entrenador del Zamora CF. En ese momento miré al Consistorio y pensé que hasta no subir ahí no iba a parar. Cuando me fui creí que no iba a ser posible, pero lo hemos hecho", aseguró entre lágrimas el técnico que ha llevado al Zamora CF a lo más alto en los últimos años. 

El pasado lunes era día de celebración y de fiesta, pero el Zamora CF ha vivido una de sus temporadas más complicadas, fuera de lo deportivo, desde que el nombre de su presidente dejó de copar las páginas de la prensa deportiva, para pasar a primera plana por su implicación en el 'Caso Koldo'. 

Una sacudida que dejó paralizadas las cuentas del club, pero que no paralizó las ganas de remar de una familia rojiblanca que creyó por encima de todo. "Estos cuatro meses sin cobrar han sido lo menos duro en todo lo que he vivido desde el mes de diciembre. De las 25 temporadas que llevo, es de las tres más duras, y lo que no es habitual es tener este final".

Pese a las piedras en el camino, la espinita clavada de David Movilla el pasado lunes fue el recuerdo a quienes no pudieron estar a su lado en una de sus tardes que quedarán grabadas para siempre a fuego en su memoria.

Las ausencias: sus hijos. “A quienes tanto tiempo les he quitado por este club, por este escudo, pero espero que puedan ver que ese tiempo perdido ha servido para algo tan grande”, aseguró David Movilla entre lágrimas.

 

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