Los zamoranos empezaban muy nerviosos en la pista, con imprecisiones en el pase, y una presión alta para no dejar jugar al rival. Pasaban los minutos y el equipo se iba asentando en la cancha pero sin llegar a ser un dominador claro del juego. Cistierna contaba con jugadores con mucho fútbol sala, que en una cancha pequeña como el Manuel Camba se sentían a gusto y sin sufrir demasiado.

Los visitantes conseguían el premio del gol a balón parado. Acción que dejó tocado al equipo zamorano y un minuto después de nuevo a balón parado hacían el 0-2.

Quedaban muchos minutos y en una buena jugada individual conseguían reducir distancias, 1-2 en el minuto 14. El encuentro tuvo dos momentos clave con los árbitros como protagonistas. Uno en el tramo final de la primera parte y otro en la segunda parte. La juventud de los jugadores locales les pasaba factura y se dejaron llevar protestando y no jugando. Esas protestas acarrean tarjetas que pasarían factura. A falta de 9 segundos para el descanso, Cistierna ponía el 1-3 en el marcador de nuevo a balón parado en un córner.

Quedaban 20 minutos para poder dar la vuelta al marcador, y la vuelta del descanso empezaba bien y en el minuto 1 Mario ponía el 2-3. El juego había cambiado, intensidad, presión alta, pases precisos, llegadas al área y a la portería, pero la pelota no quería entrar. Las ocasiones eran rechazadas una y otra vez por el portero visitante.

Los zamoranos sufrieron dos expulsiones prácticamente seguidas, y que hicieron que tuvieran que llegar a jugar con tres jugadores en pista. Las protestas y la rigurosidad arbitral hicieron que los locales tuvieran que jugar con tres y que recibieran el 2-4, resultado que ya no se movería hasta el final, pese a intentar jugar con portero jugador.

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