Era un partido especial y se notó en el ambiente. Con la grada de tribuna prácticamente llena y con un nutrido número de representantes de la histórica peña ‘diablos blanquiazules’ en la preferencia, el Pabellón Municipal Ángel Nieto de Zamora lució sus mejores galas.
Mil partidos oficiales no se cumplen fácilmente y así lo atestiguan los treinta y ocho años de trabajo de un CB Zamora que no ha cejado en su empeño de poner en el mapa nacional el baloncesto masculino de la provincia. Años peores, años mejores, etapas con más penurias aunque siempre con la mismas características, la humildad y el trabajo que les está llevando a acercarse a los cuarenta años de historia. Pocos clubes de la provincia tienen ese bagaje de años de existencia.
Al descanso, el club quiso realizar un homenaje sencillo, sin excesivas alharacas. Una tarta con cuatro velas que marcaban el número mil eran sopladas por algunos de los expresidentes que ha tenido la entidad. Gerardo Hernández, Juan Ignacio Martín y Santiago Jáñez eran los encargados de realizar este ritual ante la atenta mirada de los aficionados que recordaban con nostalgia los buenos tiempos de este club.
Al final, y con la bocina que marcaba los cuarenta minutos consumidos, llegaba el momento de que exentrenadores, exjugadores, expresidentes y aficionados compartiesen un vino español en el propio pabellón para celebrar esos mil encuentros de trayectoria.
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