El espíritu de Viriato conquista San Sebastián de los Reyes y el Zamora alcanza la Primera RFEF

Luis Rivas anota un gol histórico para llevar al Zamora CF al ascenso y cumplir el sueño de toda una provincia

Dani Hernández pugnando por un balón
Dani Hernández pugnando por un balón

El sol se alzaba brillante sobre San Sebastián de los Reyes y, bajo el abrasador calor de la estrella que da luz y vida a este planeta, Zamora CF y UD Sanse se veían las caras en un duelo a todo o nada, sobre el alambre y sin red. Los de Movilla estaban obligados a ganar en esta cita con la historia, mientras que los locales, dirigidos por Pablo Álvarez, podrían conseguir el ascenso manteniendo el empate al término de los 90 minutos y la prórroga correspondiente. Los madrileños gozaban de este privilegio tras haber obtenido una mejor clasificación en liga regular, por lo que sería el Zamora CF el que tuviera que dar ese paso adelante.

Sin embargo, fueron los locales los que dieron el primer aviso sobre el arco de Fermín Sobrón en los primeros compases del partido. El cancerbero rojiblanco no tardó en responder, demostrando que había salido al partido perfectamente conectado con la circunstancia a la que se enfrentaba. Los minutos pasaban y ninguno de los dos equipos lograba inquietar demasiado al arquero rival. Tímidos ataques de rojiblancos, hoy de verdirrojos, y madrileños abocaron al empate en el descanso. Así pues, todo quedaba por decidir en una segunda mitad que se anticiapaba de infarto para locales y visitantes, y sus respectivas y enfervorecidas hinchadas.

Arrancaba la segunda mitad con el Zamora CF con mayor intensidad que los locales. Aunque el Sanse sacaba más rédito de sus ataques logrando varias ocasiones a balón parado. El encuentro comenzaba a convertirse en un correcalles, en un intercambio de golpes en ambas áreas, aunque sin que ninguno de los dos lograra penetrar las mallas del arco rival. Una de las imágenes llamativas de la segunda mitad llegaría con el tempranero cambio de Pito Camacho, que daba a entrada a Luis Rivas. El jugador almeriense se marchaba del terreno de juego aparentemente contrariado, pero el cambio tuvo efecto inmediato. 

El delirio estallaría entre la hinchada rojiblanca cuando Luis Rivas remachaba a portería un balón que de primeras no pudo conectar, pero que a la segunda pudo fusilar al cancercebero local para poner el 0-1 con más de media hora todavía por jugarse. El Zamora ya veía el ascenso más cerca que nunca y ese aire de triunfo ya se había insuflado en una afición que no paró de cantar y animar durante todo el encuentro.

El gol no parecía haber hecho el efecto que, a priori, cabría esperar, que no era sino que el Sanse diera un paso adelante para lograr el empate que de nuevo los metería en la final. No obstante, era el Zamora el que cada vez se encontraba más cómodo sobre el terreno de juego. Con apenas 10 minutos aún por delante para alcanzar el 90, el travesaño y Fermín Sobrón daban oxígeno al Zamora CF salvando un balón bajo el marco para mantener el 0-1. Movilla desde el banquillo no paraba de alentar a los suyos, que ya se veían con el ascenso en la mano.

El marcador ya no se movería y, tras unos segundos de incredulidad, toda Zamora se dio cuenta. El club, la ciudad y la provincia habían elegido creer. Y las creencias se hicieron realidad. El espíritu de Viriato inspiró a toda una plantilla que de jugadores que se visitieron de héroes para cumplir su sueño y el de miles de personas a lo largo y ancho de la provincia. '¡Que sí, joder, que vamos a ascender', se oía en el graderío del Zamora. Y sí, joder, se ascendió.

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