Antes, todo el estadio guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria del que fuera capitán del Zamora Club de Fútbol. Un silencio estremecedor que reflejaba el tremendo respeto y sobre todo el imborrable recuerdo que deja la figura de un jugador y de una persona modélica como siempre fue el de Peleagonzalo.
Tras el minuto de silencio y la entrega de los recuerdos, comenzó el memorial y cada gol marcado se fue al cielo, dedicado al eterno capitán.
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