PARTIDO. Sabíamos que iba a ser un partido difícil. Sabíamos de su fortaleza física en casa, que defensivamente sabía lo que hacía, poca profundidad. Habíamos trabajado para que el lanzamiento exterior fuese importante, la anchura, que llegase el balón a los extremos y no separarnos en defensa. Creo que lo hicimos al contrario. Estábamos muy reactivos, no proactivos.
ANSIEDAD. El ir sufriendo, la agonía de un partido igualado nos cuesta y nos crea ansiedad. Queremos hacerlo muy rápido todo. Cada vez que cogíamos ventaja siempre tenemos alguna acción de precipitación, de toma de decisión demasiado precipitada que les daba a ellos otra oportunidad.Tenemos que aprender a gestionar el ritmo del partido.
RIVAL. Ellos hacían ataques largos, con una elaboración no muy fina pero sí muy física. Con cruces en la primera línea y abrían espacio para jugar un uno contra uno, y eso nos hacía sufrir mucho en defensa.
VENTAJA. Teníamos cuatro goles a favor y una superioridad y ahí fue cuando cometimos el mayor error del partido. En eso tenemos que trabajar mucho. Otra vez, como la semana pasada, lo mejor ha sido el resultado. Es importante que nos demos cuenta de que la categoría es muy dura y el que se despiste pues se queda atrás.
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