El presidente del Zamora CF, Segismundo Ferrero, cerró el acto de presentación de cuentas leyendo un escrito de despedida. Un escrito en el que hizo balance de sus cuatro años al frente de la entidad. Ferrero agradeció la paciencia de los acreedores a la hora de cobrar y explicó los motivos por los que quiso convocar una reunión informativa: “Por respeto a los socios, por ética para que los que vengan sepan cómo está todo, y por una cuestión personal”, espetaba, a la vez que añadía: “Me voy con las manos limpias y orgulloso por trabajar dignamente al servicio del club”.
Ferrero puso notas a las tres principales áreas de su mandato. La buena nota se la ofreció a la parte institucional: “He garantizado la continuidad del club y eso me lo tomo como una victoria”, explicó mientras recordaba: “Cuando tome las riendas, la amenaza de la desaparición era evidente. Fue este presidente el que dio un paso al frente para evitar la desaparición del club. El enfermo estaba en la UVI y ha pasado a planta, donde está estable y su recuperación es más probable”. Eso sí, también fue autocrítico: “No he sido perfecto, he cometido errores, pero he sido honesto. Pido disculpas por cuantos errores cometí, pero todo lo que hice fue con la idea de ayudar al club”.
El aprobado fue para el aspecto económico. “No nos podemos anotar una victoria en lo económico pero tampoco una derrota. La deuda es inferior a la que nos encontramos cuando llegamos, y eso que la situación socioeconómica de la ciudad es la que es. El esfuerzo ha sido titánico y la austeridad ha tenido que venir acompañada de la imaginación. Es verdad que la reducción de presupuesto se notó sobre todo en el campo y de ahí que el rendimiento bajase. El dinero no garantiza éxito deportivo, pero el no tenerlo sí que acerca a los fracasos”, exponía Ferrero, que unía así con la faceta deportiva.
Ahí llegó el suspenso autoimpuesto por el presidente: “A corto plazo es el aspecto que mayor relevancia provoca. Los fracasos deportivos son más tangibles y difíciles de superar. El descenso a Tercera fue un borrón. Asumo la parte de responsabilidad que tengo en ello, pero es verdad que las circunstancias fueron las que fueron, como dije antes. La economía no permitía otras cosas”.
Tras valorar los tres apartados, agradeció el trabajo de todos sus directivos en estos años, el apoyo de los socios, a los que pidió unidad a partir del actual proceso electoral, a las instituciones y patrocinadores, a los medios de comunicación y a los trabajadores.
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