Sin embargo, mientras los zamoranos se frotaban los ojos, el Ademar agigantó su figura sobre el parqué del Ángel Nieto. El equipo visitante, de trayectoria imponente y presente en vías de desarrollo, rompió el partido desde el arranque, imperial e incontestable atrás y letal sobre la portería defendida por Miranda. La afición zamorana asistió a un recital de bienvenida de los que marcan y reaccionó con comprensión hacia los suyos por aquello de ser su primer día en la oficina.
En todo caso, aquello duró poco. Los hombres de García Valiente se soltaron los amarres, olvidaron la categoría y empezaron a competir. Lo hicieron con fiereza. Cada acción, cada pelota, cada ataque y cada defensa proyectó una idea clara, el MMT Seguros no da nada por perdido. Y no le gusta perder. La aparente superioridad del Ademar se fue diluyendo como un azucarillo mientras los zamoranos, henchidos de confianza, casi exaltados tras cada acción positiva, iban recortando la diferencia de forma lenta pero constante.
Tanto es así que, a falta de algo más de quince minutos, Iñaki, una de las banderas del club dentro y fuera de la pista, colocó a los suyos en ventaja por primera vez en el partido. Por primera vez en la élite. La afición rugió, el pabellón se convirtió en una caldera y el Ademar sufrió. El MMT Seguros estuvo casi diez minutos manejando ventajas hasta que su rival dio un nuevo giro a la ruleta y devolvió las aguas a su cauce.
El MMT Seguros perdió. Pero lo hizo sin dejarse nada y demostrando al Ademar y al resto de rivales que, como dijo en la previa García Valiente, no ha llegado a la Asobal para hacerse fotos. “Cabeza arriba, que queda mucha liga”, advirtió tras el partido Esteban Salinas, el autor del primer gol de una temporada que pasará a la historia. Queda mucho por luchar.
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