La selección española femenina de balonmano se marcha de los Juegos Olímpicos de París de vacío tras no poder sumar al menos un punto en su último partido ante la anfitriona, Francia. El equipo de Ambros Martín cayó con contundencia (24-32) ante el conjunto galo.
Las pérdidas (11, por solo 3 de las francesas), volvieron a ser el principal problema de un equipo español que acusó igualmente falta de acierto ofensivo en una primera parte en la que solo pudieron anotar 9 goles. Las variaciones del seleccionador español, que incluso apostó por la zamorana María Prieto O’Mullony en el extremo zurdo, no parecieron surtir efecto ante una clara candidata al oro como es Francia.
El 9-17 al descanso dejaba el partido prácticamente visto para sentencia y así fue a pesar de que la segunda parte fue buena del equipo español, que al menos se pudo despedir con ese buen sabor de boca. Y es que si bien la derrota final sería clara (24-32), el parcial de la segunda media hora de juego fue igualado (15-15). Coincidió ese tramo con la entrada en el partido de la leonesa Mireya González, que anotó dos goles en 6 lanzamientos.
Punto y final por tanto para su segunda experiencia olímpica, la primera para María Prieto, con el sabor agridulce de no haber podido lograr ni un solo punto pero siendo conscientes de que el camino para llegar a los Juegos, a donde solo clasifican 12 países de todo el mundo, fue muy complicado y ya de por sí supone un éxito superarlo.
Mireya González finaliza los Juegos con 98 minutos jugados en los que ha sido capaz de anotar 11 goles en 27 lanzamientos, sexta máxima anotadora del equipo español, mientras que María Prieto participó durante 83 minutos, logrando marcar 2 goles en 17 tiros.
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