El empate a uno entre el Zamora y el Compostela dejó mucho más allá del punto logrado. Fue un día con novedades dentro y fuera del campo. Empezando por los factores externos, el del Compostela fue un duelo que sirvió para que la afición del Zamora se hermanase con la afición del Salamanca. Antes del encuentro, miembros del Unionistas de Salamanca CF y de la hinchada zamorana portaron una pancarta para recordar a la extinta UD Salamanca. 91 años hubiera cumplido este fin de semana el histórico club charro.

A continuación, y después de que decenas de zamoranos hubieran degustado el cocido programado por la directiva en la segunda jornada del Día del Aficionado, comenzaba el encuentro con cerca de dos mil personas en las gradas del Ruta de la Plata. Y no pudo comenzar mejor el duelo con la diana de Dalmau cuando aún no se había cumplido el primer minuto de juego. Muchos seguidores se lo perdieron, llegando a última hora al campo y viendo que el luminoso ya estaba en 1-0. Es la primera diana del ariete mallorquín en liga regular, después de los tres que logró en la Copa Federación.

Luego, en el duelo, los seguidores fueron de menos a más, como el equipo. Desde la euforia de los primeros minutos hasta la desazón de la segunda parte en la que el duelo fue anodino y aburrido. Como novedad en la grada, una charanga vallisoletana amenizó el encuentro desde el tendido.

Al final, el empate dejó con un sabor amargo a la afición. Una hinchada que se había hecho ilusiones con la posibilidad de que el Zamora pudiera llegar a alcanzar la fase de ascenso, pero que se está topando de frente con la realidad. La permanencia parece el objetivo real por el que peleará este conjunto rojiblanco hasta final de temporada.

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