A las 11.35 pasaban los primeros corredores por la Plaza de la Marina, el ecuador de la prueba. A partir de ahí, cuarenta minutos de un goteo incesante de corredores que reflejaban en la cara el esfuerzo realizado hasta ese momento. A las 12.15 pasaba la última atleta de la carrera por ese punto intermedio. Es decir, que prácticamente de forma paralela el primer corredor atravesaba la línea de meta y el último atravesaba su punto intermedio. En ese tramo, fueron muchos los zamoranos que quisieron detenerse al paso de la carrera para animar a los corredores en su tremendo esfuerzo de más de veintiún kilómetros.

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