Se trata de la primera lesión grave que sufre este futbolista en su carrera deportiva. Una lesión que no se produjo en una acción concreta, sino mediante una molestia que desenmascaró la gravedad del problema. “En el último partido que jugué en Ponferrada noté unas molestias en la rodilla y tuve que ser sustituido. Se me pinzaba un poco la rodilla y fui al médico nada más llegar a Zamora. Al hacerme las pruebas rutinarias vieron que había un problema importante de desgasto en uno de los huesos que une el fémur con la rodilla y decidieron que la operación era necesaria”, explica Iñaki Eguileor para zamora24horas.
Tras seis meses lesionado y cinco meses y medio desde que fuera operado, Eguileor volvía a jugar un partido oficial el pasado sábado. “La verdad es que tenía muchas ganas de volver y fue una sensación especial la de poder volver a sentirme jugador. Estuve jugando la última media hora del partido y lo cierto es que las sensaciones en la rodilla fueron francamente buenas. Me falta mucho en el apartado físico a la hora de ritmo competitivo porque estaba asfixiado; pero lo importante, que era la rodilla, funcionó muy bien”, analiza el delantero sobre su vuelta a los terrenos de juego. El ariete lleva ya un mes entrenando con cierta normalidad y alterna los entrenamientos del filial con los del primer equipo.
Los deseos a partir de ahora son claro para el estilete zamorano: “Quiero coger cuanto antes el ritmo de competición para volver a hacer lo que más me gusta que es jugar al máximo nivel posible y hacer goles. Además, si resulta que puedo hacer buena temporada y puedo ayudar al primer equipo, mucho mejor”, apunta el futbolista.
A partir de ahora, Manuel Álvarez, técnico del Zamora B, ya sabe que podrá contar con Iñaki Eguileor para reforzar la parcela de vanguardia del filial rojiblanco.
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