Tras pasar su peor día en la Vuelta a España en la etapa pirenaica con final en el Aubisque, Jaime Rosón ha recuperado sensaciones en una jornada llamada a ser más tranquila, pero que ha resultado espectacular para los seguidores, decisiva para la General y una nueva tortura para la mayor parte de los corredores: "Ha sido un día impresionante para los aficionados, pero no tanto para nosotros", reconocía el zamorano, en declaraciones a Zamora24horas tras la llegada.
La etapa ha sido tan dura que un grupo de casi 90 corredores ha tenido que ser repescado tras llegar fuera de control. No ha sido el caso de Rosón, que pudo aguantar con el segundo vagón de favoritos hasta la última subida y que terminó cediendo 19 minutos en meta tras dejarse ir en la ascensión a Formigal: "Hemos ido a tope en la salida. Por suerte, llevaba buenas piernas y me metí en el grupo de Froome y de Valverde", narraba el ciclista del Caja Rural.
En ese sentido, Rosón subrayaba lo "impresionante" que resulta ver "cómo el cuerpo puede llegar a cambiar en menos de 24 horas" tras su pájara en el Aubisque: "Ayer llegué muerto y hoy iba bien. Al final, al empezar el puerto ya me abrí. Estoy contento porque lo de ayer solo fue un susto, aunque algún día me tocará pasar miseria", reconocía el zamorano.
Por lo pronto, este lunes, Rosón y el resto del pelotón deberán afrontar una etapa llana entre Alcañiz y Peñíscola para iniciar una última semana de Vuelta en la que el corredor del Caja Rural entra ubicado en la septuagésimo tercera posición de la General.
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