Jaime Rosón toma el testigo que dejó Javier Quevedo en la Vuelta España en el año 1988

Jaime Rosón toma el testigo que dejó Javier Quevedo en la Vuelta España en el año 1988
Jaime Rosón toma el testigo que dejó Javier Quevedo en la Vuelta España en el año 1988

Casi treinta años de sequía. Ese es el tiempo que ha vivido el ciclismo zamorano sin tener a un corredor profesional participando en la Vuelta Ciclista a España, una de las tres rondas por excelencia del calendario UCI World Tour. Jaime Rosón se pondrá encima de la bicicleta este sábado para completar una contrarreloj por equipos de 27,8 kilómetros en Ourense y romperá esa mala racha que se ha acumulado durante 28 años. 

La última vez que los zamoranos pudieron ilusionarse con uno de sus paisanos dentro del gran pelotón fue en el año 1988. En aquella ocasión era Javier Quevedo quien participaba en esta ronda. 

Javier Quevedo, hijo del recién fallecido Mariano Quevedo, ha sido el último gran ciclista que recuerda Zamora. Su campeonato de España de fondo en 1987 le granjeó una fama nacional que se vio refrendada al año siguiente con su participación en la Vuelta Ciclista a España. Lo hizo con la elástica del CLAS, uno de los equipos míticos de la época que durante años tuvo en sus filas a corredores de la talla del suizo Tony Rominger, Federico Echave, Iñaki Gastón, Fernando Escartín o Abraham Olano. 

En esa primera y única participación en la Vuelta, Quevedo tuvo que abandonar, pero para el recuerdo queda su tercera posición en la primera etapa. En aquella ocasión, el triunfo de la Vuelta fue para el ciclista irlandés Sean Kelly, apodado El Rey de las Clásicas, que acumuló en su carrera un total de 194 victorias.

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