Se levantaba el telón de la División de Honor Plata y se veían las caras en el pabellón municipal Ángel Nieto dos equipos que otrora compitieron en la máxima categoría del balonmano masculino español: el Balonmano Zamora y la SD Teucro. Desde el inicio se vio a un equipo preparado y enchufado, como fue la escuadra local, y a otro plagado de caras nuevas y que parecía navegar todavía en una incierta pretemporada, la SD Teucro.
Las primeras ventajas del conjunto zamorano se fraguaron desde los primeros compases, aprovechando la endeblez defensiva gallega, que por momentos se mostró indolente ante un plantel que mostraba su versatilidad en ataque para romper la defensa en 6:0 que pusieron sobre la cancha los pupilos de Irene Vilaboa. La propia Vilaboa paró el duelo a los ocho minutos tras un inicio de 5-1, y volvió a detenerlo con 14-6 pasado el ecuador.
El Balonmano Zamora funcionaba como un reloj, con un rendimiento impropio de principio de temporada. La defensa pistacho era rocosa, permitía recuperar muchos balones, forzando pérdidas rivales, y lanzar rápidas contras que acababan en peligro por el escaso balance defensivo de la SD Teucro. Daba igual desde el puesto de pivote, que desde el extremo e incluso con el lanzamiento a media distancia. El equipo de Iván López encontraba fugas de agua constantemente en un equipo gallego sin alma en muchas fases del duelo.
Irene Vilaboa intentó cambiar el rumbo del encuentro cambiando de manos la dirección de juego en hasta tres ocasiones, y también colocando a Deco de avanzado en defensa, pero el torrente ofensivo del conjunto local no se secó y se alcanzaba el descanso con un claro 20-12 para el BM Zamora. Para entonces, Jortos ya era el líder del equipo en ataque.
El paso por vestuarios cambió poco el decorado. Los zamoranos, muy intensos, tenían dos o tres marchas más que su oponente, no dando facilidades a Teucro en su ataque y aprovechando las pérdidas y un soberbio balance ofensivo para encontrar superioridades casi constantes que penalizaban una y otra vez a una endeble defensa gallega. Eso sí, las paradas de Joshua impidieron que el duelo fuera una paseo todavía mayor.
Los minutos pasaban y el duelo estaba decidido, por las rentas de diez goles que siempre manejó Zamora y también por la sensación de que desde muy pronto la SD Teucro dimitió del encuentro. Cada vez que Teucro recortaba la desventaja a los ocho goles, Zamora volvía a apretar y estiraba la goma hasta que el tiempo, inexorable, fue una evidencia. No obstante, en el tramo final, Vilaboa paró el duelo a falta de cinco minutos con 33-22 en el marcador. Quería que su equipo acabara el encuentro con honor, dando una buena imagen, y suturando ligeramente la brecha. Ese tiempo dio paso a un 0-4 que cerró el marcador en el 33-26 final.
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