El pasado sábado día 6 tuvo lugar el Campeonato de Castilla y León en las categorías infantil y cadete de Judo en el Polideportivo Pilar Fernández de la capital vallisoletana. Una jornada maratoniana y muy intensa, donde los judokas zamoranos no podían faltar, representados por los clubes Club Gokyo de Zamora y Club Judo Morales de Morales del Vino.
Por parte del Judo Club Gokyo, el equipo cadete lo formaban tres representantes. El primero en saltar al tatami era Raúl Fernández en la categoría de -73Kg, que no tuvo suerte y se quedó fuera de las opciones de medallas,
Luego entraría en liza, en la categoría de -55Kg, Rubén De Castro, que tras perder en el combate inicial se supo reponer y consiguió avanzar hasta meterse en la semifinal, en la que se cruzó con el otro representante de la provincia perdiendo en un combate muy igualado, pero conseguiría en el siguiente combate el bronce por Ippon.
Finalmente, le tocaba el turno a Diego Bruña en la categoría de -81Kg, que consiguió avanzar las primeras rondas, pero el cuadro era muy complicado, ya que se cruzó con los dos favoritos.
Por la tarde era el turno de los infantiles, en la que Daniel Fernández, en la categoría de -42Kg, pagó la inexperiencia al ser su primera competición de este nivel y quedó eliminado en la primera ronda.
Por su parte, su compañero Nicolás Del Arco, en la categoría de -46Kg, no empezó bien, pero se pudo reponer haciendo unos muy buenos combates durante la repesca hasta colarse en los combates de las medallas, consiguiendo finalmente el bronce.
Por parte del Club Judo Morales, el equipo infantil estaba compuesto por cinco judokas. Un equipo muy joven, pues de los cinco, cuatro son de primer año y esta era su primera experiencia en campeonatos de esta categoría.
Dimas Bragado, en -48kg, compitió al 100%, pero la mala suerte no permitió que entrara en repesca.
Sofía Domínguez, en -48kg, realizó un judo que apunta a que en breve estará luchando por las medallas y demostró su progresión.
Elena Castrillo, en -52kg, en una categoría muy difícil, realizó unos combates de mucho y buen judo, quedándose a las puertas de la disputa por las medallas.
Con María Bahamonde, la mala suerte se cebó con ella, pues el combate que le daba paso a las luchas por las medallas tenía una ventaja muy clara en el marcador y el combate lo llevaba muy controlado, pero una acción aislada de la rival hizo que perdiera.
La alegría llegó de parte de Rodrigo Gil, que compitiendo de una forma muy inteligente consiguió ir ganando combates hasta llegar a semifinales que no pudo superar, se supo recomponer y consigue un bronce muy, muy luchado.
Con el equipo cadete, la cosa no empezó nada bien, pues Isabel Fernández no dio el peso y quedó sin competir.
Andrés Rodríguez, en -66kg, realizó unos combates muy buenos, pero pagó su inexperiencia y tras varios combates quedó fuera de la lucha por las medallas
Noa Vicente, en -57kg, realizó un campeonato muy bueno. Empezó por la senda del triunfo hasta el combate de pase a la final, y solo una más que discutida decisión arbitral la deja fuera de dicha final, consiguiendo el bronce.
Elena Bahamonde, en -44kg, consigue ser campeona de Castilla y León sin dar ninguna opción a sus rivales. Elena ha conseguido algo que pocos han logrado, ya que en la misma temporada es campeona de Castilla y León en todas las categorías: cadete, júnior y sénior impresionante.
La otra gran alegría para el club Judo Morales llega de la mano de Juan Meana, en -55kg, que, pese al esfuerzo realizado para dar el peso, se marca un campeonato magistral y consigue quedar campeón ganando todos los combates por Ippon (máxima puntuación), realizando un judo muy inteligente. En cada combate utilizó diferentes técnicas según las condiciones de sus rivales.
Con dos oros y cuatro bronces, la expedición zamorana regresa contenta y, sobre todo, con un buen sabor, viendo que en la categoría cadete hay presente y futuro y que hay relevo con la categoría infantil.
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