La Liga Asobal, a sesenta minutos

El Balonmano Zamora conseguía este sábado el triunfo en las semifinales ante Balonmano Torrelavega por 28-25 y se clasifica, por segunda temporada consecutiva, para jugar el partido decisivo por el ascenso a la máxima categoría de este deporte. De nuevo, la gloria o la tristeza en sesenta minuto. Y otra vez ante el anfitrión: Palma del Río (17.00 horas, TDP).

 La Liga Asobal, a sesenta minutos
La Liga Asobal, a sesenta minutos

“Creer no es un simple acto de fe, es mucho más. Es tener la confianza de que, a través de nuestro talento, nuestro esfuerzo, el trabajo en equipo y nuestra perseverancia, lograremos el objetivo”. Con esa frase motivaba García Valiente a sus jugadores en los instantes previos a la semifinal ante BM Torrelavega. Una frase que más allá de ser alentadora, tiene mucho de cierto en el caso del MMT Seguros. 

Un MMT Seguros que este sábado ofreció una de sus mejores caras en el día más adecuado. Tuvo balonmano, talento y pizarra en el primer tiempo. Además, tuvo constancia, sacrificio y agallas en una segunda parte en la que Torrelavega demostró que no llegaba como convidado de piedra a una de las fases finales de Honor Plata más igualadas de los últimos años. El equipo de García Valiente tuvo, por tanto, todo lo que el técnico solicitaba en la previa. 

Demasiado esfuerzo para llegar a una final a cuatro como para dejarse ir a las primeras de cambio. Por eso, la salida del MMT Seguros al choque fue arrolladora. Defensa infranqueable, demostrando el porqué es el equipo menos goleado de la liga, y ataque fluido percutiendo por una zona central por la que se desangraban los cántabros. Tardó siete minutos en perforar la meta de Leo el BM Torrelavega, que cuando se quiso dar cuenta ya estaba seis goles abajo. 

El estudio del rival, la chispa en la ofensiva, la rapidez a la hora de mover el balón y la facilidad para ver portería desarboló cualquier plan del rival. Además, atrás, el MMT Seguros fue duro para frenar al oponente. No obstante, no lo fue tanto como para triplicar en exclusiones al rival. Demasiados minutos en inferioridad. 

Pero precisamente, la gestión de esas inferioridades fue la clave para mantener la renta de la primera parte en una segunda mitad en la que apareció la perseverancia y el esfuerzo que pedía García Valiente en la previa. Ese trabajo con uno, e incluso dos, jugadores menos fue perfecto. Tanto que pese a lo desequilibrado de las exclusiones, el BM Zamora nunca vio reducida su ventaja en menos de tres goles. 

La renta era suficiente, todos los jugadores aportaban, el equipo estaba enorme sobre el cuarenta por veinte y el oponente se desquiciaba ante el escaso aprovechamiento de las superioridades. Así, con un juego coral de todo el equipo, llegaba el momento de disfrutar. Con el minuto sesenta en el luminoso, el 28-25 indicaba una cosa, que el BM Zamora estará por segundo año consecutivo en la final por el ascenso a Liga Asobal. 

Otra vez en terreno hostil. Otra vez en casa del anfitrión. Otra vez con todo en contra. Pero esta vez hay una diferencia: García Valiente tiene todas sus armas. El grupo unido sufre unido y asciende unido.

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