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El Logroñés tira de oficio para remontar a un Zamora que fue de más a menos (1-2)

La primera parte fue de dominio local. Los rojiblancos estuvieron mucho más concentrados que en los dos encuentros anteriores, quisieron proponer en ataque y se mostraron muy juntos en el trabajo defensivo. La solidez atrás y la soltura arriba de jugadores como De la Nava o Arkaitz permitían al Zamora dar la sensación de peligro. Llegadas por banda y entradas por el centro terminaban siempre en disparos aunque ninguno acabó entre palos. El Logroñés, mientras, trataba de aguantar ese juego del Zamora y salir a la contra con la rapidez de los extremos.

Según transcurrían los minutos, el Zamora estaba cada vez más cómodo en el campo, pero la diana rojiblanca no llegó de jugada, sino a balón parado. Nuevamente de penalti, como hace quince días, Aarón Aguado ponía por delante a su equipo. Era una pena máxima rigurosa. El ariete rojiblanco se hacía un autopase dentro del área casi in extremis y dejaba atrás la pierna para recibir el impacto del defensa. El colegiado decretaba penalti y el propio delantero zamorano avanzaba a los suyos.

A partir del gol, el Logroñés disfrutó de los mejores cinco-diez minutos del encuentro del 26 al 35. Los riojanos, con el orgullo herido, llegaron en dos ocasiones a las inmediaciones del área aunque seguían sin encontrar el camino de la portería defendida por Miguel. El Zamora lograba parar ese torrente de ataque rival en ese pequeño espacio de tiempo y volvía a la carga con un par de disparos lejanos que se marchaban fuera por muy poco.

Y cuando los equipos estaban ya pensando en el tiempo de descanso llegó el único error del Zamora en la primera parte. Ese error terminó en gol del Logroñés. Un pase en largo a la espalda de Alberto Prada se iba directamente por línea de fondo, pero el lateral berciano asistió, sin querer, de cabeza al rival. El lateral visitante no desaprovechó el regaló, puso un centro medido y Ubis entró con todo en segunda línea para hacer el empate en un remate en plancha estelar.

Restaban tres minutos para el descanso y ese empate a una diana se mantendría hasta el asueto. En la reanudación, el Zamora salió nuevamente a mandar sobre el césped. Una ocasión de Carlos de la Nava y un disparo de Aarón volvieron a poner incertidumbre a la defensa visitante. Tras esos primeros cinco minutos eléctricos, la contienda volvió a la normalidad, con alternativos en la posesión aunque sin ocasiones.

Y cuando el partido dormitaba y parecía que no había peligro ni en una ni en otra portería, el Logroñés conseguía avanzarse con un gol a la contra. Un contragolpe perfectamente bien llevado por los riojano terminó con una cabalgada brutal de Iker Alegre, que dejó tirados a dos rivales, daba el pase de la muerte y Titi anotaba a placer en boca de gol. Ponía el 1-2 los de Pouso en dos llegadas. El Zamora estaba tocado porque estaba llevando a cabo el mejor partido de la temporada y nuevamente se veía por debajo en el marcador.

Restaban 25 minutos. Y el Zamora intentaba reaccionar, pero era el Logroñés el que tuvo la opción de anotar el tercero en una jugada por banda derecha que no llegaba por poco Iker Alegre al segundo palo. Los locales se iban apagando en el encuentro y el Logroñés no necesitaba apretar porque tenía el marcador a favor. Eso hizo que el partido cayera en el tedio, algo que beneficiaba a los pupilos de Carlos Pouso. Al final, Sergi Mut pudo empatar con un disparo desde la frontal del área, pero su disparo a la escuadra la sacó Miguel para dejar que su conjunto se llevase los tres puntos a la rioja con ese 1-2 definitivo.

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