El 5 de septiembre del año 2015, en Sabiñánigo (Huesca), María Calderón revalidó su título de campeona de España junior de contrarreloj. En una prueba impecable, la joven promesa nacional reafirmaba su dominio en la especialidad, en un año en el que además también terminó segunda en la Copa de España y acudió a Richmond para participar en el Mundial. Su gran temporada le permitió fichar por el Lointek, el más fuerte de los dos equipos profesionales del país. El éxito era el presente y "no había techo" en el futuro de la zamorana. Poco después, todo cambió.

Tras regresar del Mundial, Calderón se mudó a Ponferrada para comenzar sus estudios universitarios de Fisioterapia. Desde allí, la zamorana inició la preparación para su primer año sub23, integrada dentro de una estructura compuesta por 16 corredoras y acostumbrada a dominar las pruebas nacionales. En los primeros meses, la adaptación pareció ir por el buen camino. La nueva corredora del Lointek superó con buena nota los primeros test con el equipo, y también con la federación, en las distintas concentraciones celebradas a finales del 2015.

LESIÓN Y PRIMEROS PROBLEMAS

La situación no comenzó a torcerse hasta enero: "Me fisuré el radio del brazo derecho. Soy diestra y tuve que recuperarme bien para poder hacer las prácticas de Fisioterapia sin dolor", explica María Calderón, que a partir de ahí empezó a vivir un calvario. Con dificultades para compaginar sus estudios universitarios con los entrenamientos, nada volvió a ser lo mismo para ella: "Lo arrastré todo. No sentía que la bici fuera mi amiga. No había feeling entre ella y yo", subraya.

A pesar de todo, hasta el mes de abril, Calderón siguió compitiendo y acudió a varias concentraciones, aunque la vuelta a las carreras tampoco contribuyó a mejorar su situación: "El Lointek es un equipo en el que se compite de manera distinta. En juveniles, eres mucho más libre y en este tipo de equipos, en sub23 y élite, tienes que trabajar y hacer más caso a las instrucciones. Es ciclismo de verdad", subraya la zamorana, que en mayo decidió junto a su entrenadora que iba a centrarse en los estudios. No competiría más hasta terminar el curso.

Esta determinación llegó en base a una sensación de agobio que se fue intensificando: "No era capaz de competir ni de entrenar. En unos estudios tan presenciales, me daba la sensación de que no podía perder horas para coger la bicicleta", señala la joven ciclista, que llegó a junio "con mucho cansancio psicológico", una fatiga mental que terminó por causarle problemas de salud: "La cabeza explotó y el cuerpo fue con ella. Estuve diez días seguidos con fiebre", recuerda Calderón, que tampoco participó en las carreras de verano: "No encontraba la solución", reconoce.

CAMBIOS DE CARA AL FUTURO

Ahí, la ciclista zamorana tocó "el suelo" y, tras confirmar su salida del Lointek de cara a la temporada que viene, comenzó a plantearse su futuro con la certeza de que abandonar no era una opción: "A partir de este año, cambio de colores para buscar más tranquilidad. Cuando vas consiguiendo éxitos y el trabajo da sus frutos, no crees que haya límite. En el momento en el que empiezan a pasarte cosas, es todo más real y se pincha la burbuja. La gente deja de hablar de ti o lo hace de otra manera", narra la joven deportista, que insiste en que "cuando no eres feliz, tienes que cambiar algo".

Calderón aún no ha confirmado dónde correrá la temporada que viene, pero sí tiene claro que regresará al pelotón: "Mi felicidad está con el deporte, con el ciclismo, y así lo he sentido desde que empecé", señala. Y añade: "Hay rabia y motivación por volver, pero sobre todo ganas de dejar de sufrir, de recuperar la forma y de coger la bicicleta". 

El primer paso está dado. Desde hace unas semanas, María Calderón ha vuelto a salir a la carretera para ponerse a punto de cara a la pretemporada. La Universidad sigue siendo "dura" y la precariedad del ciclismo femenino, una disciplina en la que las mejores sufren para vivir de ello, es una realidad que le genera rabia. Pero la llama de la competición continúa viva en la bicampeona de España, que ya no pone el foco en los triunfos, sino en ser feliz dando pedales. "¿Miedo? Claro que hay miedo. Me da miedo que vuelva a pasarme lo mismo, pero hace dos años sólo pensaba en que mi principal objetivo era revalidar el Campeonato de España. Ahora… quiero disfrutar".

 

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