El Moraleja CF pierde ante el Villa de Simancas y es colista en la clasificación
El equipo zamorano cayó en el José Ramos por 0-1, solo ha conseguido un punto en las cuatro jornadas
El Moraleja no pudo puntuar en su casa y sigue sin saber lo que es sacar un resultado positivo en el CM José Ramos esta temporada, esta vez un recién ascendido como el Villa de Simancas fue el verdugo que le impidió sumar en un partido marcado por el viento que fue muy igualado, intenso y que se resolvió por pequeños detalles.
El fútbol es un deporte de errores y también existe la máxima que quien perdona lo acaba pagando y es que los zamoranos hicieron una buena primera mitad, sin ser sometidos ni sufrir ante los pucelanos que jugaron con el viento a favor, el Simancas quería llegar, pero no inquietaba a Jesús, disparos fáciles de atajar y córners que tenía controlada la zaga gualdinegra.
Se llegó al descanso con 0-0 y la sensación de que la primera victoria en casa podía llegar en los segundos cuarenta y cinco minutos, que tan solo era cuestión de esperar la ocasión y de estar más finos en campo contrario, sin la ansiedad que provoca conseguir los tres primeros puntos ligueros.
En el minuto 54 Huerga estuvo muy cerca de hacer el 1-0 en una jugada personal por banda izquierda que acabó con un remate manso a las manos de David Ortega. El partido con el paso del tiempo fue poniéndose feo, muchas faltas, poca paciencia y en la jugada donde menos parecía que fuesen a marcar los visitantes, lo hicieron.
Un error en cadena de varios jugadores en un córner a favor provocó la contra de Simancas, sus jugadores cabalgaron alegremente en campo contrario, hubo un pase horizontal que Urru haciendo un gran esfuerzo consiguió cortar en primera instancia, pero extenuado por el esfuerzo fue regateado hasta en dos ocasiones, el balón voló en el área, Jesús puso las manos pero no se pudo hacer con el esférico y cayó a Álvaro que esperaba con los colmillos afilados y dio un toque sutil por alto para poner el balón en el fondo de la portería.
Los últimos quince minutos fueron un quiero y no puedo del Moraleja, los nervios empezaron a apoderarse de la cabeza de los pupilos de Óscar Sánchez, faltas, tarjetas amarillas, una nueva expulsión … La historia parecía repetirse, pero tras el final de los 90 minutos solo había un pensamiento en el José Ramos : “Este equipo no se va a rendir, queda mucho”.
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