El proyecto que hoy comienza supone el inicio de una nueva era. Y es que la marcha de muchos de los jugadores que formaban el año pasado el bloque del primer equipo ha obligado al club a configurar un nuevo plan. Muchos fichajes, mucha juventud y contratos de dos y tres años. Es decir, directiva y cuerpo técnico se han afanado en tratar de huir de los proyectos efímeros tan habituales en Segunda B para ir a un objetivo a medio plazo que pueda llevar al Zamora a pelear por cotas mayores a dos o tres temporadas.
Eso sí, la lógica dicta que esta primera campaña sea la de mayor sufrimiento. Con un escaso conocimiento de los futbolistas en la forma de jugar de Roberto Aguirre y con mucha juventud en la plantilla, el inicio será clave para saber si el Zamora tendrá que sufrir por no descender o sale una temporada plácida y positiva como la del año pasado.
Lo que está claro es que los rojiblancos volverán a ser uno de los equipos más jóvenes de la categoría, con una media de edad que tan solo los conjuntos filiales serán capaces de rebajar. Una juventud que será negativa en muchos aspectos pero de la que Roberto Aguirre ya ha demostrado saber sacar partido. La irreverencia y las ganas de progresar serán claves para que la temporada que hoy arranca para el Zamora tenga más claros que oscuros.
La temporada comienza hoy mismo. La ilusión es grande y el margen de mejora, elevado. Ahora solo falta que eche a rodar el balón para que el Zamora demuestre que la pretemporada ha servido para que el equipo funcione y logre los objetivos planteados.
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