Quesos El Pastor estará por séptimo año consecutivo en la élite del baloncesto femenino español. Las naranjas vencían en casa de Araski por 56-63 y mantiene su estatus en la primera categoría de este deporte. Todo en un duelo tremendamente igualado, que también estuvo marcado por la grave lesión de Isabela Ramona a falta de cinco minutos para el final.
La primera parte siguió un patrón de juego similar en ambos cuartos. El CD Zamarat se mostró especialmente inspirado en el primer acto en el lanzamiento desde el perímetro. De los primeros dieciocho puntos conquistados, doce llegaron con el lanzamiento exterior. Un arma que apenas había aparecido durante la temporada era la que estaba dando aire a un conjunto dirigido por Lucas Fernández que desde los primeros minutos adquirió las primeras ventajas.
Eso sí, Araski, respaldado por una hinchada muy numerosa, logró llegar al final del primer parcial con empate a 15 tantos. Tras eso, diez nuevos minutos en los que el CD Zamarat volvió a estirarse. Encontró fluidez en ataque y secó al rival con una defensa férrea. Gracias a eso, las naranjas lograban la máxima renta del duelo. Dos puntos de Ramona colocaban un 19-28 a falta de cinco minutos para el descanso. Pero de nuevo llegó la respuesta de Araski.
Las vascas comenzaron a encontrar aro con facilidad y un par de triples, además de dos canastas de dos puntos, llevaban la contienda de nuevo a la igualdad al descanso. En esos minutos, Lucas Fernández tuvo que parar el partido con un tiempo muerto, pero ni aun así, las locales encontraron comodidad en los tiros.
El descanso llegaba con 29-31 para las zamoranas. Una ventaja exigua que dejaba todo por decidir para el segundo tiempo. La salida tras el descanso fue fulgurante para las pupilas de Lucas Fernández. Pocek, Richards y Ramona tomaban el mando para llevar el marcador a la máxima diferencia del duelo. 35-47. Ahí tuvo el Zamarat dos ataques fallados para haber abierto incluso un poco más de brecha. La diferencia llegaba gracias a la enorme defensa planteada por las naranjas, que robaban balones en una circulación algo alocada de Araski.
Con esa ventaja de doce puntos se entraba en una fase de imprecisiones por parte de los dos equipos. Ninguno pasaba bien. Ninguno estaba acertado en el lanzamiento y las defensas se imponían a los ataques. En ese otro juego, el último periodo se presentaba con un 44-51 favorable a las zamoranas. Una renta que se mantuvo durante los primeros cinco minutos. Ahí llegó una de las jugadas claves del partido. Ramona se luxaba el tobillo y el pabellón enmudecía. Su articulación estaba en una posición antinatural y las asistencias tardaron en llegar quince largos minutos. En ese tiempo, el duelo de CREF Hola finalizaba con victoria de Cáceres, por lo que la permanencia del Zamarat ya era matemática.
Pese a ello, las zamoranas no se dejaron ir y pelearon para sumar la novena victoria para dedicársela a su fiel hinchada, a su compañera Isabela Ramona y para certificar una sufrida permanencia.