Quesos El Pastor y Gran Canaria disputaban en el Ángel Nieto un duelo clave en la lucha por la permanencia. Con un balance de 1-7 para los dos equipos, la victoria daba aire a quien la consiguiera y terminaba de hundir al oponente. Ante la importancia del duelo, los primeros minutos estuvieron repletos de fallos, con los nervios atenazando a ambos. A los cinco minutos, el marcador reflejaba un exiguo empate a siete tantos. A partir de ahí, los equipos empezaron a ver el aro con más facilidad y la salida de Quirante en el Zamarat ayudó a desatascar el ataque con dos triples consecutivos y a reforzar el rebote. Se llegaba al final del primer parcial con 20-17 para las zamoranas.
Ese buen final de primera parcial continuó en los primeros minutos del segundo cuarto y una buena defensa, unida a más versatilidad en ataque, permitía a las zamoranas ponerse 36-25 en el minuto 14. Era la máxima diferencia para Quesos El Pastor y las sensaciones eran muy buenas en el seno del equipo naranja. Pero ahí llegó una de las habituales desconexiones de la escuadra de Ángel Fernández. Las locales desaparecían del parquet, no encontraban tiros cómodos y en defensa reflejaban una excesiva endeblez que les hacía encajar un parcial de 4-16 para llegar al descanso 40-41 abajo.
El público zamorano había visto las dos versiones de su equipo, el conjunto inspirado en ataque y muy duro en defensa, pero también el equipo fallón y débil a la hora de defender, incapaces de parar la inspiración de Taylor, que ella sola percutía constantemente el aro local.
La salida de vestuarios dejó un escenario parecido. Aparecieron los minutos buenos del Quesos El Pastor al reinicio gracias a la aportación de Perisa, de Berezhynska y Lizarazu, con un acierto alto desde el perímetro. Pero otro vez ocurrió lo mismo, cuando las locales lograban ponerse cinco arriba (56-51, min.25) volvían a aparecer los fantasmas con un parcial de 0-8 para cerrar el cuarto con 56-59. Las zamoranas no lograron anotar en cinco minutos y media y así era imposible llevarse el duelo.
Pese a todo, el choque estaba abierto para el parcial decisivo. Pero esos diez minutos fueron un quiero y no puedo para las zamoranas. La sensación era que Gran Canaria anotaba con más facilidad, cerraba mejor el rebote y que al CD Zamarat le costaba un mundo anotar ante la desesperación de la afición local. Las ventajas a favor de Gran Canaria iban creciendo poco a poco y aunque hubo un intento tímido de reacción por parte del Quesos El Pastor, el final estaba escrito. Ángel Fernández solicitaba su último tiempo a falta de tres minutos con 66-73, pero no hubo reacción y la victoria se marchó a las islas por 72-80.