La derrota en Bordils devolvió al Balonmano Zamora a la realidad cuando ya miraba hacia arriba y soñaba con alejarse de la zona de abajo cuanto antes. Los zamoranos volvieron a involucrarse al máximo en la pelea de las posiciones medias-bajas de la División de Honor Plata, y el choque ante el Sarrià era decisivo tanto como para coger aire como para mentalizarse del todo de que en lo que resta de temporada no se podían fiar de nadie.
A pesar de ello, los pistachos no saltaron a la pista del Ángel Nieto como debían y lo pagaron caro en los primeros compases. Con un parcial de 0-4 en los primeros tres minutos y medio, los locales tuvieron que ir a remolque por la gran actuación de Pau Guitart en la portería y de Joan Portulas frente a Barrientos. Una combinación que resultó letal en esos instantes en los que el Rutas del Vino no carburaba.
No obstante, con el paso del cronómetro el Balonmano Zamora recuperó el aliento y el terreno perdido poco a poco. Todo ello con el trabajo de Ramiro con cinco tantos en la primera parte y los tres de Guillermo Carballo y Pablo Cubillas. A ellos se sumó una gran defensa que secó al Sarrià durante un largo tramo de la primera media hora y que les impidió encontrar espacios y malgastar la posesión con pases horizontales. Prueba de ello fue una parada de mérito del guardameta chileno que salvó las distancias cuando su equipo se encontraba uno por debajo. Sin embargo, la primera parte se cerró con un 14-16 favorable al cuadro catalán.
El segundo tiempo mostró el mismo guion en sus inicios. Los gerundenses volvieron del vestuario con la motivación por las nubes, siendo de nuevo Joan Portulas el gran referente en esos instantes. Un Portulas que ya sumaba cinco tantos y servía de acompañante perfecto para un Pere Arnau que se marchaba a los dos dígitos con diez goles. Por su parte, el Balonmano Zamora también calcó su guion y apretó el marcador hasta el empate a 22-22 pasado menos de un minuto del cuarto de hora. Resultado que llegó después de varios contraataques que terminaron en gol, aprovechando especialmente la velocidad de Ramiro en esas jugadas.
A partir de ese momento el técnico Jordi Oliveras pidió tiempo muerto para tratar la dinámica de los visitantes. Intento en vano ya que el asedio pistacho continuó avanzando y que sirvió para que Ramiro pusiese al Rutas del Vino por delante con un gol desde los siete metros. Momento crucial para las aspiraciones locales, ya que se encontraban por delante en el marcador por primera vez. Y las piernas no temblaron por la presión, aumentando la renta con un gol de Mouriño desde el medio campo aprovechando la ausencia del portero rival al jugar con uno menos por exclusión.
La afición del Ángel Nieto se convirtió en el mejor aliado de los chicos de Leo Álvarez, aunque el Sarrià respondió de nuevo y se puso a uno de diferencia tras dos ataques consecutivos que batieron a Ignasi con tiros bajos. Tantos que hicieron que Leo volviese a colocar a Barrientos a defender la portería, quien tras recibir el empate a 26 sacó una pierna a media altura en un uno contra uno que levantó a la grada para aplaudir el desempeño del chileno, quien terminó ovacionado.
Tablas que llegaron hasta los diez segundos finales, cuando el marcador mostraba un 28-28 que tenía en tensión tanto a la afición local como a la desplazada desde la provincia gerundense para apoyar a los suyos. Sin embargo, a pesar de que los locales tuvieron dos acciones para llevarse los puntos, se tuvieron que conformar con el empate tras dos paradas de Guitart.
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