Regreso a casa. He venido en la semana perfecta por el frío. Pero bien. Ya estaba acostumbrada también al año pasado, así que no ha sido mucha la adaptación que he tenido que hacer.
Diferencias en el Zamarat. He llegado en un momento bueno. El grupo es increíble. No es que el año pasado no lo fuera, pero este equipo está muy bien. Son jugadoras jóvenes, así que hay más ritmo, más ganas, más intensidad. Y eso se nota también, tener el cambio de estar con el segundo entrenador, con Raúl. Se nota, hay otra dinámica de entrenamiento positiva.
Reforzar al equipo. Tampoco me he tenido que adaptar al tipo de juego, porque como el año pasado ya lo tenía. Esto ha sido volver al inicio para que nosotras podamos adaptarnos.
Ver a una Sara Castro distinta. Yo voy a seguir haciendo lo mismo, intentarlo como siempre. Dar el máximo, estar a tope. Y lo que se me pida lo intentaré hacer.
¿Cómo surgió la idea de volver al Zamarat? Después de tanto cambio, hablé con mi representante y le dije: “Yo así no puedo seguir, necesito volver”. Estaba ya en casa, pero necesitaba sentirme otra vez bien, como en familia, como en casa. Y había dos opciones: Leganés y Zamarat. Es volver a donde estuviste cómoda. El año pasado y la mitad del anterior estuve muy cómoda. Siempre me han tratado genial. No fue un cambio ni una decisión que tuviera que pensar mucho.
¿Qué quieres aportar a la competición? Lo que me pida el entrenador. Lo que se pida en el partido. Defensa, sobre todo. Y si se puede aportar un pelín más de experiencia. Coger el balón y aportar un pelín más.
Vega Lagunera. Es un rival complicado. Nunca baja los brazos. Son muy jóvenes, les gusta correr mucho. Hay que estar siempre sólidas. Aunque vayamos ganando el partido... Ojalá de 20. No se pueden bajar nunca los brazos. Tiene que ser un partido de intensidad. De no cometer muchas locuras. No meternos mucho en su juego. Jugar a lo que sabemos nosotras y seguir para adelante.
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