El presidente habló de los retos ante los que se enfrentaba el Zamora. A juicio de Ferrero, el club debía aumentar la masa social, debía integrarse en la sociedad y debía configurar un cuerpo técnico y una plantilla competente con escasos recursos.
“El primer reto lo hemos logrado. Conseguimos aumentar un catorce por ciento la masa social aunque sabemos que hace falta más. Aun así, la barrera de los 2.000 ya no es tan lejana. En el segundo reto hemos llevado a cabo varias iniciativas para que sea un club más social tanto en nuestra provincia como con hermanamientos con otras ciudades y aficiones. Y el tercer reto ha quedado patente la notable temporada que han hecho los jugadores y el cuerpo técnico”, resumía el presidente.
Segismundo Ferrero insistió en la política del club de firmar jugadores jóvenes, apostar por la cantera y seguir peleando por seguir amortizando deuda. El objetivo “llegar en un plazo relativamente corto a la Segunda División. Una meta para nada descabellada si seguimos por esta línea de humildad y de mantener los pies en el suelo”. En este sentido agregó: “lo peor ya ha pasado y ahora puede venir un horizonte esperanzador. Pero repito que siempre que sigamos con esta misma línea de trabajo”.
Además, en su intervención Segismundo Ferrero fue abonando el terreno para el punto posterior en el que se debatiría la idoneidad o no de cambar el escudo. Una situación que expresaba de la siguiente manera: “Es necesario modernizar la imagen del club a la par que va evolucionando la sociedad y van cambiando las modas. A veces, el cambio de imagen de una entidad también significa progreso y seguir haciendo historia. Evolucionar no es romper con la historia”, finalizaba.
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