“Nosotros sabemos que lo que todo el mundo da como previsible es que perdamos todos los partidos, nos consideran el rival menos fuerte del grupo, pero trabajamos para crecer y en los últimos años la selección ha dado un paso adelante, porque a los referentes históricos como Oneto, se ha unido un grupo de jugadores jóvenes que tenemos muchas ganas de hacerlo bien”, añade Reyes, que acabó el 2014 de una forma excepcional con su recital en Granollers y ahora tiene una ocasión de impresionar también en el torneo que hace que se detengan las competiciones nacionales.
“En Chile el balonmano hasta estos últimos años no importaba mucho, pero los logros de la selección, con los dos bronces en el panamericano y la clasificación para los mundiales ha hecho que los aficionados al deporte se sientan orgullosos de su selección, y eso como deportistas ya es un logro”, apunta un Ceballos que en la selección tiene un rol aún más importante del que disfruta en el MMT Seguros.
Bajo la dirección de Capurro, Chile ha logrado la tercera plaza del panamericano tras Argentina y Brasil, “algo impensable hace diez años por ejemplo, pero ahora se está demostrando que hay un sitio para Chile y aspiramos a puntuar en algún partido, porque sería algo histórico”, indica Salinas, que afronta el Mundial con gran confianza en plena temporada, “la mejor de mi carrera sin duda”.
En el mundial que empieza el viernes, Chile se enfrentará a España, Eslovenia, Bielorrusia, Brasil y Catar; “todo el mundo te dice que seguro que a Catar ganamos, pero la realidad es que han hecho un proyecto muy fuerte, han nacionalizado a jugadores de nivel y llevan años preparando el Mundial”, explica Reyes.
Todo adquiere un nivel diferente en Catar durante los próximos días, “cada gol, cada recuperación, cada asistencia, es un gol, una recuperación y una asistencia en un mundial, contra jugadores que hasta hace nada estaban en los poster en la habitación y ahora los tenemos enfrente”, concluye Ceballos.
Desde categorías inferiores, con sus equipos, con la selección, Esteban, Diego y Sebastián se han visto las caras frente a frente como rivales y casi siempre como compañeros. La unión que les ha dado compartir equipo y cuidad tiene ahora un paso más, otra casilla en la partida. “Vivimos lejos de la familia, los amigos, tu familia, y en Zamora poco a poco creas otro entorno. Jugar el mundial es una recompensa a todo ese esfuerzo y sacrificio”, cierra Salinas.
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