El Eolo Kometa de Alberto Contador ha presentado ya el conjunto con el que participará en el tríptico zamorano de la Vuelta a Zamora, el Trofeo Ayuntamiento y el Trofeo San José. Precisamente, el último ganador de esta prueba, el vallisoletano Vicente Hernáiz, es uno de los ciclistas con los que competirá el Eolo.
El corredor pucelano desgrana el tríptico zamorano donde el pasado año levantó los brazos en el San José.
Vicente Hernaiz, vallisoletano, es uno de los corredores más destacados del panorama aficionado castellano-leonés y en 2020 levantó los brazos en el Trofeo San José tras una portentosa y brillante actuación: “Otros años tendríamos la Vuelta a León, la Vuelta a Palencia… Este año la Vuelta a Zamora se queda de alguna forma como la única vuelta grande de la región. Y ahora en verano es el gran objetivo de todo el pelotón, sin duda. Sobre el papel quizá sea algo menos dura que otros años, ediciones en las que había una etapa más, pero el esquema sigue siendo muy parecido. La etapa con final en Benavente será un día de abanicos. No tiene mucha complicación en cuanto a recorrido, pero el viento es un habitual y siempre sopla del sur. Es un clásico. Va a ser un día interesante. Al día siguiente una etapa realmente muy rompepiernas en la que se saldrá a tope desde la salida. Será importante la colocación; será una etapa con mucha tensión, con muchos pasos estrechos por los pueblos… es un día con un aire a las etapas del Tour de estos días por la Bretaña, salvando las distancias. La última etapa la he hecho muchos años y es una etapa muy dura. No por el puerto en sí, sino porque vienes subiendo desde mucho antes. Son puertos cortos, pero duros, con rampas de hasta el 23% en algún punto. En esta ocasión no hay dos vueltas como otros años, por lo que la última subida decidirá y es fácil que puedan llegar unos veinte ciclistas o así y jugársela al sprint”.
Hernaiz presenta también las dos siguientes pruebas, el Trofeo Ayuntamiento y el Trofeo San José. “La primera, para todos los que no vayan a disputar la victoria, yo la llamaría jornada de descanso activo. El terreno es muy rompepiernas, hay pasos estrechos, pasos por pueblos y también zonas abiertas con aire que pueden poner la carrera muy interesante. Una escapada de unos veinte o treinta corredores se podría hacer mediado el recorrido y es un número que puede llegar a pelear por la victoria. El Trofeo San José es una prueba sin un metro llano, sin descanso. Todo el día te da el aire y todo el día se rueda con mucha tensión. Al final salen poco más de 2.000 metros de desnivel, que realmente no es tanto así sobre el papel, pero no hay carrera igual. No hay respiro. No hay una carrera en profesionales con la que se podría comparar, pero sí puede tener semejantes con la parte final de una prueba de las Ardenas. Como punto decisivo yo destacaría cada bajada a una presa: es muy importante estar colocado porque en la siguiente subida la carrera se estira muchísimo. Y más que la cuestión del clima, el tiempo que pueda hacer en primavera o ahora en verano, yo destacaría el hecho de que al final llevas seis días compitiendo. ES una carrera frenética en la que no se para y en la que se va a bloque todo el día”.
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