El CD Zamarat saltaba a la pista del Ángel Nieto durante la tarde de este sábado con una relativa tranquilidad y la confianza que da haber ganado la ida con una ventaja de cuatro puntos sobre el rival que esta vez visitaba el feudo zamorano, el Azul Marino Mallorca. Tras un emotivo y respetuoso minuto de silencio por la fundadora y entrenadora del CB Arxil durante más de cuatro décadas, Maite Méndez, la pelota comenzaba a moverse entre dos conjuntos con un único objetivo, que no era otro que alcanzar la final a cuatro.
Serían las zamoranas las que golpearan primero de la mano de Alexa Hart, que mostró haber afinado la puntería desde el primer minuto del partido. Tanto es así, que los primeros 11 puntos correrían a cuenta de la jugadora estadounidense del conjunto naranja. Si bien las zamoranas salieron mejor plantadas en pista durante los primeros compases del encuentro, las mallorquinas pronto le dieron la vuelta a la situación hasta el punto de lograr finalizar el primer cuarto con una ventaja de un punto en el marcador (15-16).
El segundo cuarto comenzaría con una tónica similar a la que terminó el primero, con un Zamarat nervioso y con muchos errores no forzados que permitieron que las visitantes se escaparan siete arriba en el electrónico, una ventaja que daba la vuelta a la eliminatoria y dejaba momentáneamente fuera al conjunto zamorano. Para intentar encauzar la situación, Ricardo Vasconcelos solicitaba un tiempo muerto para ajustar lo necesario para evitar que las visitantes aumentaran la brecha en el marcador.
El ambiente en el Ángel Nieto se caldeaba con cada acción, con una hinchada naranja que protestaba fervientemente las posibles faltas no pitadas por el equipo atrbitral. En los momentos más tensos del segundo cuarto, Carlota Menéndez se echó al equipo a la espalda y comenzó a penetrar en la rocosa defensa mallorquina como un cuchillo en mantequilla. En contrapartida, las mallorquinas tenían la puntería más que afinada y mostraban un gran acierto especialmente desde la línea de tres. Así, el encuentro se iba al descanso con un 31-38 que hacía temblar a un conjunto local que veía que poco a poco se les estaba escapando el billete a la final a cuatro.
Todo parecía estar en contra para el combinado naranja, pues a ojos de los locales la actuación arbitral no estaba al nivel que correspondería a la cita y la suerte no acompañaba de cara al aro. En más de una ocasión se pudo ver a Vasconcelos ostensiblemente contrariado e incluso incrédulo ante según qué decisiones de los colegiados. La diferencia de siete puntos se mantenía en el marcador y las mallorquinas ya sabían que el crono jugaba a su favor.
No obstante, las zamoranas parecieron dar con la tecla con apenas cuatro minutos para el final del tercer cuarto y llevar la desventaja tan solo a dos puntos, lo que volvía a meter a las zamoranas en la final four. No obstante, tras un tiempo muerto, las locales lograron volver a ponerse por delante y aumentar la ventaja de nuevo a los cinco puntos mientras el aro parecía repeler cada intentona local por reducir diferencias. El tercer cuarto finalizaba con una ventaja de 5 puntos para las visitantes, lo que cristalizaba en una clasificación mallorquina por un punto de diferencia en el global. El Ángel Nieto dictaría sentencia en el último cuarto entre dos equipos que estaban en la cuerda y sin red.
En el último cuarto, con todo el pescado por vender, eran las visitantes las que estaban más acertadas de cara al aro, hasta el punto de lograr ampliar la ventaja hasta los 9 puntos. Con 5:31 todavía por jugarse, tenía lugar un tiempo muerto en pista. Las zamorana seguían a remolque en el marcador y el final del encuentro se acercaba lenta, pero inexorablemente. El partido sen encaminaba hacia su recta final y la desventaja era de 5 puntos o, lo que es lo mismo, un punto en el global. Cuando quedaba exactamente un minuto de partido, el Azul Marino Mallorca iba por delante con un 57-64 en el marcador.
Un Zamarat sin ideas no parecía saber cómo hincar el diente a un rocoso rival. Con cuarenta segundos por delante, un punto metía a las naranjas en la siguiente fase. Un tiro libre a falta de diez segundos permitía a las locales lograr el empate y mandar el partido a prórroga. El Zamarat estaba vivo, y Marina Ewodo se empeñaba en matenerlo así. Las naranjas habían entrado mejor en la prórroga y lograban poner la diferencia en dos puntos.
El resultado de 71-68 decantaría finalmente la balanza a favor de las locales, que tras un sufrimiento continuado durante todo el encuentro, conseguían hacer naufragar al conjunto mallorquín. Ahora, Estepona espera para la final a cuatro con el objetivo de la Liga Endesa en el horizonte.
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