Zamora en el corazón de la Eurocopa Femenina a través de los ojos y la voz de Andrea Peláez y Sandra Riquelme: “Una locura maravillosa”
Las periodistas zamoranas comparten la emoción de esta cita europea histórica que culmina este domingo con la final ante Inglaterra; ambas desgranan cómo han vivido el camino de España y destacan la comunión que se ha creado con las jugadoras
La selección española femenina se prepara para una gesta histórica. España ha hecho historia al clasificarse por primera vez para una final de la Eurocopa. Zamora vibrará este domingo en La Marina con la pantalla gigante que se instalará en la céntrica plaza. Todos a una. Un pedacito de Zamora estará allí, en el estadio St. Jakob Park de Basilea, en Suiza, donde se disputará la final por la que España peleará con Inglaterra por el trofeo.
Hablar de fútbol femenino es hablar de los ojos y la voz de Andrea Peláez y Sandra Riquelme. Pura emoción, puro nervio y sentimiento. La prolongación de las jugadoras fuera del verde. Las periodistas zamoranas representan a la perfección a los que aman esta selección y a los que se han encandilado con su juego.
Peláez y Riquelme han vivido una extensa aventura en Suiza, transmitiendo la actualidad de lo que sucede en la cita europea. Los sentimientos que se viven a miles de kilómetros llegan a través de ellas, dos zamoranas que son emblema del fútbol femenino.
¿Cómo está siendo vuestra experiencia en Suiza hasta ahora?
(Andrea Peláez) Nuestra experiencia está siendo increíble. Ya lo sabíamos; no es la primera vez que cubrimos un evento de esta magnitud, y siempre son viajes que merece mucho la pena hacer. Aprendes muchísimo, te desenvuelves en una atmósfera muy diferente a la del día a día en la redacción y en Madrid, y son experiencias que se guardan para siempre.
Sandra y yo coincidimos en que el Mundial ha sido la mejor experiencia que hemos vivido profesionalmente, y lo de Suiza va camino de ser una de las mejores también. La estamos viviendo en un contexto distinto: el Mundial fue en Nueva Zelanda, muy lejos y con un cambio horario brutal, en pleno invierno, y aquí estamos en verano. Experiencias distintas, pero igual de intensas. Personalmente, me siento muy agradecida de poder vivir algo así.
(Sandra Riquelme) La experiencia está siendo intensa. Siempre tenemos en el recuerdo el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, porque fue, para mí, la mejor experiencia vital, tanto a nivel profesional como personal. Esta, en cambio, está siendo más cómoda, ya que los desplazamientos son mucho más cortos, como mucho dos horas o dos horas y media.
Está siendo una cobertura muy intensa y, además, muy positiva. Es el torneo femenino de fútbol mejor organizado que he cubierto.
¿Cómo fueron los primeros días y la conexión con el resto de los periodistas?
(A) Los primeros días fueron maravillosos porque, además, ya nos conocemos entre todos los periodistas. Al final, somos casi los mismos en todas estas citas. Por suerte, esto va creciendo, pero el núcleo se mantiene. Desde el primer momento hacemos planes con el resto de compañeros. Nosotras, por ejemplo, nos hemos juntado mucho con David Menayo, de Marca; Pablo Parra, de Radio Marca; y María Ticas, del Diario Sport. Somos casi inseparables, y el ambiente es inmejorable.
(S) Nos conocemos todos, también de otros medios. Es muy divertido, y cuando pasas tanto tiempo fuera de casa, con tanto trabajo y presión, se agradece tener cerca no solo compañeros, sino amigos.
España imbatible. Se ha visto una selección preparada, superior y con registros que otras selecciones no disponen. ¿Cómo habéis visto la evolución del equipo?
(A) La evolución del equipo ha sido espectacular. Cuando miro atrás y veo a la España del Mundial o de la Nations League, con la que ganamos barriendo a las rivales, me doy cuenta de que ninguna selección tiene mejor fútbol ni mejores futbolistas, individualmente hablando. Están demostrando que siguen en lo más alto. Es cierto que en los Juegos tuvimos un bajón que dejó una sensación amarga, pero es normal: toda selección pasa por distintas etapas y rachas.
Llevamos dos años que, hace cinco, eran inimaginables. España es campeona del mundo, campeona de la Nations League, y mañana puede ser campeona de Europa. Es algo absolutamente espectacular. Las veo, como ellas mismas dicen, más maduras, más preparadas, con una mentalidad ganadora arrolladora. Esas son las cosas que ganan partidos como el de semifinales ante Alemania. Creer que puedes ganar, querer hacerlo con toda el alma, es lo que tira abajo muros como ese: nunca antes habíamos vencido a Alemania.
(S) Diría que España ha ido de más a menos en esta Eurocopa. Es cierto que no es lo mismo jugar la fase de grupos que unos cuartos o una semifinal por la presión, la intensidad y la competitividad. Por momentos, tanto contra Suiza como contra Alemania, el equipo se volvió demasiado previsible. Aun así, hay que destacar su capacidad para adaptarse: pasar de ser una selección más combinativa y horizontal a una mucho más vertical, como ocurrió en esos dos partidos.
¿Cómo vivisteis el paso a la final, especialmente con el "Aitanazo" que nos metió por primera vez en una final de Eurocopa?
(A) Viví la semifinal detrás de la portería donde Aitana marcó el gol, a apenas dos metros. No recordaba cómo había sido hasta que al día siguiente lo vi 500 veces. La euforia, el estrés y los nervios son tan intensos que te dejan en blanco. Paso muchos nervios viendo jugar a la selección.
(S) Casi no me acuerdo. Fue uno de los momentos en los que más he sufrido, incluso fuera del fútbol. Por momentos nos veíamos fuera, luego dentro; llegaron las paradas de Cata, el gol de Aitana… Me pasó como a ella: tuve que ver el gol varias veces después porque no recordaba que el pase había sido de Athenea. Más allá de lo que sientes, estás también a mil por el trabajo. Yo tenía que entregar la página al segundo, prácticamente antes de que pitara la árbitra. Tenía que escribir una historia sobre una jugadora sin saber lo que iba a pasar. Es complicado, se te juntan muchas emociones y cuesta incluso ponerlas en palabras.
Se ha notado una gran cercanía entre la prensa, las jugadoras y el cuerpo técnico. ¿Qué supone para vosotras esa relación tan familiar?
(A) Los que cubrimos fútbol femenino sentimos esto como algo muy nuestro. Las hemos visto crecer, superar etapas duras que todos conocemos, y esto es una recompensa a su trabajo y compromiso. Nos involucramos mucho porque las entendemos. Les hemos dado la cara cuando nadie lo hacía. Por eso lo vivimos con tanta intensidad. Con el gol de Aitana me liberé, me volví loca. Con el pitido, me emocioné. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Lo sientes casi como si lo hubieras jugado tú.
(S) Esta Eurocopa también está siendo muy especial porque veníamos de un gran torneo. Dejo fuera los Juegos Olímpicos porque son algo diferente, pero después del Mundial, en el que la relación con las jugadoras fue más fría, más tensa, se agradece volver a hablar solo de fútbol. En aquel momento, las ruedas de prensa estaban marcadas por preguntas extradeportivas. Ahora se ha recuperado un ambiente mucho más cercano, más parecido al que conocíamos antes de 2023. Ellas lo notan, y se han quitado la coraza.
¿Qué significa para vosotras vivir una experiencia de este calibre y ser parte de la historia?
(A) Esto significa mucho. Me siento profundamente agradecida. Constantemente tengo que recordarme la suerte que tengo de estar aquí, de vivir todo esto, porque muchas veces pasa tan rápido que no eres del todo consciente. Esta mañana Sandra me decía al llegar a Basilea: “Nos vamos a casa ya, pase lo que pase este domingo”. Y es verdad, se ha pasado volando. Me paro a pensar y digo: estuve en el Mundial de Nueva Zelanda, conté el triunfo de una selección campeona del mundo, estuve en la Cartuja narrando cómo ganaron la Nations League, y ahora aquí, en Suiza, viéndolas llegar a una final de Eurocopa. Es una gratitud enorme.
(S) Es un orgullo enorme estar aquí, contando historia, hablando de fútbol femenino, contribuyendo, de una forma u otra, al crecimiento del deporte femenino y del deporte español. Es una experiencia increíble y difícil de explicar.
Con estadios llenos y récord de audiencia, ¿cómo se vive este momento histórico dentro del equipo?
(A) Ha sido un éxito en todos los sentidos: récords dentro y fuera del campo, estadios llenos, un país entregado. Ha sido una locura maravillosa. Traerla a Suiza ha sido un gran acierto, y estoy eternamente agradecida al país y a su gente por lo que han hecho por el fútbol femenino.
(S) A veces no terminas de creértelo. En mi caso, llevo en el fútbol femenino toda la vida: lo jugué, y después he pasado muchos años cubriéndolo. Y hay veces en las que no eres consciente de lo que estás viviendo ni de lo que está ocurriendo.
Acabas normalizando cosas que siempre te contaron que no eran normales, y que efectivamente no lo eran. Esa asimilación a veces es complicada, y se te olvida el valor real de lo que estás presenciando.
¿Cómo vislumbráis la final? De nuevo a sufrir…
(A) La veo como tiene que ser: sufriendo, pasándolo mal, porque es una final y además contra Inglaterra. Reeditamos la final del Mundial. Ellas son las vigentes campeonas de Europa. Va a ser un partido igualadísimo. Todos los duelos entre ambas selecciones lo son. Inglaterra llega con ese punto de suerte que a veces se llama “la suerte de la campeona”, con detalles como ese penalti en el 117 contra Italia. Así que hay que respetarlas mucho. Aun así, si se impone el fútbol y la justicia, España debería ganar. Hay jugadoras que pueden marcar la diferencia, y esperamos que mañana sean las nuestras
(S) Seguro que va a ser intensa. Es la final más igualada que podía haber. Un 50-50 en probabilidades para cada selección. Son las dos grandes potencias del fútbol femenino en Europa, frente a frente.
Cada una ha llegado de una forma distinta. El camino de España ha sido bastante más complicado que el de Inglaterra. Pero, ¿qué puede pasar? Cualquier cosa. Mañana podrían ser las 11 de la noche y estar diciendo: “Ha ganado España 5-0” o “Inglaterra ha hecho lo contrario”. Porque ambas selecciones son capaces de lo mejor y de lo peor. No tanto España, pero sí Inglaterra en ese sentido.
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