El Zamora encuentra el dinamismo en las bandas que tan buen resultado le dio en épocas anteriores

 El Zamora encuentra el dinamismo en las bandas que tan buen resultado le dio en épocas anteriores
El Zamora encuentra el dinamismo en las bandas que tan buen resultado le dio en épocas anteriores
La victoria ante el Lealtad no solo trajo consigo una victoria que supone una bocanada de aire al Zamora Club de Fútbol, sino que además ha llevado aparejada una serie de evoluciones que resultan positivas en el sistema de juego que pretende implantar Roberto Aguirre en su equipo. Por un lado, y por segunda semana consecutiva, Cantero mantuvo su portería a cero gracias a dos buenas paradas y a un muy buen trabajo defensivo que comenzó desde la primera línea del ataque con una presión más que aceptable. Pero además, otro de los puntos positivos fue la presencia mucho más constante del juego ofensivo por las bandas.

Un juego en banda que ha caracterizado al Zamora en las últimas temporadas con la presencia en esa posición de jugadores específicos y con facilidad para asociarse. El año pasado con Miguel Santos, Rubén Sánchez y Aarón Aguado el conjunto rojiblanco generaba mucho peligro desde el costado. Un peligro que se multiplicaba exponencialmente hace dos temporadas con futbolistas que podían jugar acostados a la banda como Sergio García, Javi Rodríguez, Miguel Santos o Dani Hernández, pese a que los resultados en ese caso no acompañaban.

En la presente temporada, el juego ofensivo generado desde los costados había sido casi siempre infructuoso. Primero por la falta de acoplamiento de los dos jugadores que hasta ahora ocupan esa demarcación de forma concreta: Coque y Arkaitz. Y por otro lado, por la poca confianza que de momento mostraban los laterales a la hora de incorporarse en la ofensiva.

Pero el encuentro ante el Lealtad sirvió para ver mucha más acción por ambos carriles. Dani Mateos y sobre todo Alberto Prada fueron un constante quebradero de cabeza para la defensa asturiana cada vez que acompañaban la jugada de ataque con Coque y Arkaitz. Esa creación de juego desde los costados, con la ayuda de Ochoa y las caídas también a los espacios de la banda de Sergi Mut y De la Nava fueron claves para tratar de desarbolar a la constante y ordenada defensa asturiana.

A esta mejoría debería añadírsele la creación por la calle central, una situación aún por mejorar y que debería de ayudar a que el balón llegase de forma más clara a los hombres ofensivos para disponer de ocasiones más evidentes de cara a la meta rival. Al menos, y al margen de la irregularidad que puedan tener Coque y Arkaitz, parece que el Zamora empieza a parecerse al de temporadas pasadas con esa participación constante de los costados en las jugadas de ataque.

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