El Zamora perdona demasiado y cede su tercer empate consecutivo

Los rojiblancos se adelantaban en el marcador con una diana en el ecuador del primer acto. Tras el descanso, y después de perdonar innumerables ocasiones el Astorga empataba a falta de quince minutos para el final. En ese tramo final el equipo de Movilla pegó un bajón aunque pudo ganar si Sergio García hubiera anotado el 2-1 en un mano a mano con Berlana en el 92. Al final, reparto de puntos, tercer empate consecutivo y la ventaja con la Segoviana se reduce a los nueve puntos.

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Zamora y Astorga ponían sobre el césped del Ruta de la Plata uno de los choques más atractivos del Grupo VIII de Tercera División. Los rojiblancos querían mostrar ante su público que los dos empates consecutivos habían sido circunstanciales y pretendían reivindicarse en su feudo. Enfrente, un Astorga que tenía uno de sus últimos trenes para entrar en la fase de ascenso a la categoría de bronce del fútbol español.

De inicio Movilla sorprendió a propios y a extraños cambiando el portero, dando la titularidad a Martin Mapisa en detrimento de un Jon Villanueva que, en principio, se encontraba en buen estado físico. A partir de ahí, defensa habitual, tres medios centros, dos bandas y Valentín arriba. Los locales fueron de menos a más, cogiendo ritmo poco a poco y haciendo de menos a un rival que, a priori, tiene plantel para pelear por cotas altas.

El Zamora tenía muy clara la idea y la ejecutó a la perfección. Cuando atacaban, los zamoranos pasaban por el centro del campo y buscaban la banda, principalmente la izquierda con un Guille Perero que está en el mejor momento de la temporada, y dado que la izquierda finalmente quedó como una autpista para Coque. Mientras, en defensa, el Zamora tenía la consigna de presionar la salida de balón del Astorga. Los maragatos no renunciaban a salir con el balón jugado desde su propia área y los locales esperaban al borde del área rival para empezar una presión asfixiante. Una presión que le permitió realizar muchas recuperaciones y generar acciones de peligro constante a la portería de Berlana.

No obstante, y pese a tener varias ocasiones, el gol del Zamora en la primera mitad llegó de libre directo. Carlos Ramos ejecutaba de forma soberbia un lanzamiento directo desde la frontal del área. El cuero cogió el efecto justo para colarse por la escuadra y hacer infructuosa la estirada de Berlana, que llegó a tocar el esférico. Ese tanto, que llegaba pasado el ecuador del primer acto, hizo crecer todavía más al Zamora y minimizó más si cabe a los maragatos. Y es que los de Miñambres no generaron ni una sola acción de peligro durante los primeros cuarenta y cinco minutos.

Con ese 1-0 y con las buenas sensaciones que estaba desprendiendo el Zamora se llegaba al descanso. El paso por vestuarios no cambió demasiado el guion del partido, con los rojiblancos siendo superiores en juego y recuperando con mucha facilidad en zona ofensiva. Los pupilos de Movilla siguieron teniendo ocasiones, haciendo a Berlana el mejor del equipo rival.

Pero todo cambió en el 27 de la segunda parte. Peláez recibía en el segundo palo y definía con una preciosa vaselina para salvar la salida de Mapisa. Ese gol, que suponía el empate, fue un jarro de agua fría para la parroquia local y para el plantel de Movilla, que veía cómo el oponente, con escasas llegadas, se ponía de nuevo a la par en el marcador. El tramo final ya no tuvo apenas ocasiones, el Astorga trató de cortar el ritmo con pérdidas de tiempo y el Zamora no logró recuperar las buenas sensaciones de la primera hora de partido. 

No obstante, Sergio García pudo darle al Zamora la victoria, pero su mano a mano con Berlana se marchó rozando el palo. Al final, reparto de puntos, tercer empate consecutivo y la ventaja con la Segoviana se reduce a los nueve puntos.

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