En tierras gallegas, el Zamora sumó los tres primeros puntos y, precisamente, ante un rival de la misma región pretende darle la primera alegría a su parroquia. La misión se antoja complicada. El equipo vigués, que inició la jornada en la cuarta plaza con nueve puntos, ha vencido en sus dos salidas esta temporada. Primero, en Asturias, ante el Lealtad (0-2) y, después, en uno de los campos más difíciles de la categoría, la Nueva Condomina, donde derrotó al Murcia (0-1).
Eso sí, en el último partido liguero, el Celta B se vio sorprendido por el Astorga en casa y, a pesar de dominar la contienda, sumó su primera derrota de la campaña al caer por 0-2. Otro dato halagüeño es el precedente de la temporada anterior. También al inicio del curso, el Zamora le endosó un set al filial vigués en el Ruta de la Plata. Muchos de los futbolistas celestes que sufrieron en sus carnes aquella derrota siguen en la plantilla, por lo que habrá que ver en qué medida les afecta el recuerdo.
En cuanto al Zamora, llega sin apenas novedades al envite. Los rojiblancos, fuera ya de los puestos de descenso tras su triunfo en Ferrol, volverán a contar con la única baja de Salva Rivas. El centrocampista andaluz no se ha recuperado de sus problemas en la espalda y no estará ni en el banquillo. El resto de la plantilla está citada para tratar de convertir en realidad tangible los buenos augurios de la semana pasada.
Aguirre no ha dado pistas acerca del once inicial, aunque todo parece indicar que no habrá demasiados cambios con respecto al último once. El guardameta Cantero tiene todas las papeletas para estrenarse en el Ruta de la Plata, mientras que los aficionados también podrán ver, por primera vez desde el inicio, a Dejan Kurbus. La duda principal aparece en el centro del campo, donde Fran Ochoa es fijo, pero habrá que ver si el técnico rojiblanco vuelve a apostar por Rodri.
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