El Zamora recupera su lugar en la División de Bronce

Los goles de Valentín y Sergio García permitieron soñar a un equipo que no tuvo demasiados problemas para certificar su primer ascenso del siglo XXI.

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El Zamora es un club acostumbrado a sufrir. Siete fases de ascenso en este siglo y siete opciones perdidas. No es un club que coleccione ascensos y de ahí que haya que paladear, disfrutar y sentir cada momento positivo que hay por delante. El Zamora tenía demasiadas deudas pendientes. Algeciras, Castellón, Rayo Vallecano, Villarreal B, Mancha Real, Mutilvera, Haro, Alcobendas y un largo etcétera. Un etcétera a los que se unen equipos como el Celta Turista, entre otros, si viajamos al siglo veinte.

El equipo humano de este año lo tenía claro desde el principio. Ya estaba bien de tener cuentas pendientes. Ya estaba bien de que los hinchas del Zamora solo derramasen lágrimas de tristeza. Zamora y el Zamora se merecían una alegría en forma de ascenso. Algo que los aficionados menores de 20 años nunca habían visto en el equipo de su tierra.

Y el momento llegaba este sábado. Nadie quería cuentas pendientes, todos querían que el dios del fútbol repartiera justicia y que el Zamora pudiera regresar a una categoría que nunca debió perder, la Segunda División B. Ya habrá tiempo de ver qué rivales puede haber la próxima temporada, cómo se estructura la liga, y si el invento de la Segunda B PRO es bueno o malo. Para pensar en todo eso hacía falta ganar, o empatar, a la Gimnástica Segoviana. Y el Zamora lo hizo.

No valían excusas. No valían lamentos. Solo valía el no perder para que Zamora pudiera volver a disfrutar de la categoría de bronce del fútbol español. Daba igual el once inicial, daban igual los cambios, solo se quería ver triunfar al equipo muchos lustros después.

El Zamora compaginó el dominio con la Gimnástica Segoviana en los primeros compases, pero el equipo de Movilla pudo adelantarse con un gol de Valentín en un córner. El mosquetero cazó un balón muerto en el área pequeña y puso el 1-0 antes del descanso.

Después del paso por los vestuarios fue el turno de Sergio García. El atacante firmó un gol de primera clase después de una buena jugada de Carlos Ramos que dejó al delantero solo ante el portero, se fue de él con un buen quiebro y puso el balón dentro de la portería segoviana con un toque excelso.

La Gimnástica recortó por medio de Ivi tras una triple parada de Jonvi, pero el resultado no se volvió a mover y los rojiblancos certificaron el ascenso a Segunda B por primera vez en lo que va de siglo. Todo en un partido rotundo, lleno de intensidad, trabajo solidario y autoridad en muchos momentos ante una Segoviana incapaz.

La afición no estuvo apoyando al equipo en presencia, pero sí desde la distancia. A través de la radio, de la televisión, de las redes sociales. Los zamoranos se unieron y tuvieron el convencimiento de que el ascenso iba a ser un hecho. Pensamientos positivos que salieron desde todos los hogares y que llegaron con tal fuerza a la Nueva Balastera que se convirtieron en aliento en los peores momentos.

El proyecto del Zamora sigue adelante y puede que la provincia, por fin, pueda ilusionarse con ver un equipo de fútbol cada vez más cerca del fútbol profesional.

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