El fútbol nunca deja de dar sorpresas y este sábado el Zamora fue protagonista negativo de una de esas remontadas que se recuerdan durante mucho tiempo. Y es que los rojiblancos, que se marcharon al descanso ganando por 0-3 gracias a un tanto en propia meta de Guille, y sendas dianas de César Simón y Dani Hernández, vieron como en la segunda parte la Virgen del Camino lograba empatar el duelo a tres tantos. Incluso, la sensación generalizada es que si el choque hubiera durado cinco minutos más, los leoneses hubieran culminado la remontada completa.
La primera parte no pudo ser más positiva para el Zamora. Miguel Losada apostó por un equipo más de toque que físico, cuando parecía que lo idóneo en un campo como Los Dominicos era apostar por el músculo que podían aportar jugadores como Iñaki Eguileor o Rafael Silveira. En el once también sorprendió la presencia de Berlana, muy seguro durante el primer acto en el juego aéreo, y la presencia de Charly y Diego Ortiz, tras ser dudas durante la semana por problemas físicos.
No habían pasado ni diez minutos cuando Guille se anotaba un tanto en propia meta al realizar una cesión a su portería, que no pudo controlar el arquero y vio como el cuero se colaba en la portería. Poco después, César Simón hacía el segundo tras un gran servicio de Dani Hernández y una culminación perfecta de Simón, con control y disparo propio de un nueve puro. En media hora, el Zamora se ponía 0-2. No estaba haciendo un partido superlativo el equipo de Losada, pero la pizca de suerte y la efectividad le valían para ir ganando ampliamente. Antes del asueto, Dani Hernández hizo el tercero tras una asistencia de Simón y rozó el cuarto con un disparo desde la frontal que sacaba Ivanildo de la escuadra.
Con ese 0-3 se llegaba al descanso. No había sido un Zamora especialmente inspirado, pero sí sólido como para apenas conceder ocasiones y aprovechar sus opciones arriba. Pero en el segundo acto el equipo se desarmó en la faceta que se preveía. En cuanto la Virgen del Camino acumuló más jugadores arriba y fue más directo, hizo daño al Zamora. Esau, de penalti, y Víctor, de cabeza, hacían dos goles en tres minutos y ponían el 2-3 con media segunda parte todavía por jugarse.
Los rojiblancos no salían de su campo, sufrían en cada balón parado, no había contundencia en el despeje, y el balón no le duraba en su poder ni tres pases seguidos. El Zamora estaba tirado sobre la lona y la Virgen del Camino estaba crecido. El empate se intuía en el ambiente y se hizo realidad en el minuto noventa. Otra vez balón parado, centro lateral, falta de contundencia en el despeje y Gago se encontraba con un rebote que se colaba en la meta de Berlana.
Un empate a tres que ya no se movería, pese a que la sensación era que si el choque duraba cinco minutos más, los leoneses hubieran alcanzado el cuarto. Al final, un reparto de puntos que evidencia los mismos debes que tuvo el Zamora hace siete días: falta de contundencia, ausencia de intensidad e incapacidad para controlar el juego directo.Unos problemas que deberán ser resueltos, teniendo en cuenta que será un tipo de juego que el Zamora se encontrará en multitud de encuentros esta temporada.