El Zamora roza la clasificación en Copa ante el todopoderoso Racing de Ferrol

El Zamora Club de Fútbol se quedó muy cerca de la clasificación en la primera ronda de la Copa del Rey. Pese a lo inexplicable de las bases de competición, que obligaron al Zamora a medirse a uno de los equipos más potentes de Segunda División B a domicilio, los rojiblancos demostraron que esta temporada tienen orgullo. Solo así se explica el hecho de que los zamoranos tuteasen a un Racing de Ferrol configurado este año para volver a optar al ascenso a Segunda y que ganaba por un exiguo 3-2 al Zamora en un tramo final de encuentro de locura.

Losada apostaba por Miguel, Griñón, Juan de la Nava, Pistu, Saúl, Juanan, Dieguito, Viti, Sopale, Revidiego y Caramelo. Mientras, Míchel Alonso dejó en el banquillo a varios titulares en las dos primeras jornadas de liga. Sin embargo, no evitó inyectar pólvora para reforzar la estrategia al ataque. Situó en el once titular a Bicho, Brais Abelenda o Sergio Martín y en la caseta a Ian Mackay, José Manuel Catalá, José Cruz, David Bandera y Pablo Rey.

Un veloz y acertado Diego Maceira se entendió con Bicho. Ágil, regaló algunas de las mejores acciones. Repitió estrategia Joselu, buscando el despiste en la zaga visitante y ejerciendo al margen de Brais Abelenda, intermitente en sus incorporaciones. Abría vías en solitario Álex Felip y no encontró respaldo, sucediéndole el de Palmeira para revolver a un Zamora atrapado en su área. Las internadas más venenosas afloraron en el primerísimo tramo, con un balón al palo demasiado alto de los zamoranos y otro de Sergio Martín cuando únicamente habían trasncurrido siete minutos.

Él sería el protagonista del tanto que abría la lata. De muy buena factura, surgió en el 22 y desembocó en un mayor desparpajo ofensivo por parte de los verdes. Sin embargo, tres minutos después, más por golazo que por verdadero despiste local, el Zamora igualaba el pulso por mediación de Caramelo con un disparo desde fuera del área.

Pecó el cuadro de Míchel Alonso de falta de capacidad para rematar las buenas acciones con que contó. De hecho, ese inconveniente derivó en frustración, en movimientos más erráticos en el segundo período. Lo hizo a partir de un estilo más o menos clásico, pero con vocación de sumarse al ataque. El Zamora solamente afiló el cuchillo a ratos, pero los navales encontraron pocos resultados ante su virtuosismo. 

Sin cambios sobre el tapete tras el regreso de vestuarios, el duelo se adentró sin remedio en el tedio. La coordinación empezó a fallar y fue la picardía la que salvó los muebles para el Racing. El zamorano Viti amagó con hacer un roto en el 54, lo tenía bastante fácil. Hasta que la retaguardia anfitriona le paró los pies.

Aceleró los cambios el técnico de Caranza, que dio entrada a la vez a Pablo Rey y José Cruz. El objetivo, más seguridad en una defensa algo coja y cerrar con llave la conexión con línea avanzada. Pero era la noche de Bicho: golazo en el 68. Tiralíneas. Redondeó Julio Delgado, en el 76, que también lo buscaba con insistencia. 

Aun así, el Racing tembló con una zaga débil que veía como Eguileor ponía el segundo a falta de diez minutos para el final. Interminable para los locales y sin tiempo para los visitantes. Y cinco de prolongación. Delirante. Circo (arbitral) que terminó con roja directa para Juanan. Tensión. Y final del partido con victoria para el Racing de Ferrol y eliminación, más que honrosa, para un Zamora con mucho orgullo.