Directiva y cuerpo técnico del Zamora CF anunciaban a principio de temporada que tras el descenso del presupuesto destinado a primera plantilla, el objetivo del primer equipo residía en mantener la categoría sin apuros y a partir de ahí soñar con lo que pudiera venir. El buen rendimiento del equipo en algunas fases del campeonato llevó a los rojiblancos a estar a escasos puntos de los puestos de fase de ascenso, pero cada vez que se ha acercado a ese objetivo, la plantilla ha notado un vértigo que le ha impedido llegar a esa meta, más anhelada que real.
Un vértigo que curiosamente se ha hecho más patente en el estadio municipal Ruta de la Plata en los últimos cuatro encuentros. Así, de los últimos doce puntos disputados en el Ruta de la Plata, el Zamora solo ha sido capaz de sumar cuatro. Es decir, se dejó por el camino ocho puntos ante rivales, sobre el papel y a nivel clasificatorio, inferiores. Ocho puntos que de haberse conseguido tendrían al conjunto de Miguel Losada muy cerca del Cristo Atlético.
Pero el rendimiento en casa no está terminando de ser el adecuado esta temporada. La prueba son los escasos 21 puntos de 42 posibles sumados por el Zamora como local. Una puntuación irrisoria para luchar por grandes objetivos. En cambio, los 24 puntos a domicilio de los 42 disputados sí son números de equipo que pelea por alcanzar, al menos, la última posición de la fase de ascenso a la Segunda División B.
Este bajón de rendimiento como locales no pasa desapercibido para una plantilla que no encuentra explicación a que uno de los estadios más imponentes de la categoría siga sin ser un fortín para el plantel que actúa de local. El aficionado del Zamora tiene por delante todavía cinco encuentros en casa. Por este orden: Unionistas, Segoviana, Villaralbo, Numancia B y Real Ávila.
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