Mario Sopale pasó de héroe a villano en apenas veinte minutos. De ser el encargado de abrir el marcador a favor del Zamora, a caer en una provocación y cometer una agresión que le costó la roja cuando se pasaba la primera media hora de encuentro. Esa acción fue clave para entender lo que pasó en una contienda entre Zamora y Tordesillas que tributaron a la hinchada local un partido intenso, de alternativas, con ocasiones y en el que solo el buen hacer de los arqueros impidió que se vieran muchas más dianas.
El Atlético Tordesillas empezó mejor plantado sobre el terreno de juego, con la intención clara de tener la posesión y de ser el equipo que llevase la manija del encuentro. Pese a ser superior en cuanto a control de juego, los tordesillanos apenas crearon peligro en la meta defendida por Miguel. Tras esos diez minutos de buena salida visitante, el choque se igualó. Y en el minuto 14, el Zamora pegaba el primer zarpazo. Un mal despeje de Farolo impactaba en Viti y el delantero zamorano controló, aguantó, y cedió para que Mario Sopale empujase al fondo de las mallas.
Ese gol relanzó a los zamoranos y achantó ligeramente a la escuadra de Turiel. Pero una pérdida de balón de Iñaki en el centro del campo y la falta de contundencia de la línea defensiva del Zamora, lo aprovechó el Tordesillas para sacar una contra de manual en la que asistió Adalia desde un costado y remató Villa en el corazón del área.
Apenas habían pasado ocho minutos de un gol a otro y la alegría del Zamora quedaba mitigada. Mucho más cuando pasada la media hora. El árbitro expulsaba a Sopale por caer en una provocación y agredir a un oponente. Los locales asumían una hora en inferioridad numérica. Pese a ello, antes del descanso quien más cerca estuvo del gol fue el conjunto de Miguel Losada. Iñaki Eguileor fabricó dos situaciones de uno contra uno ante el portero y el arquero le ganó la partida en las dos.
Con ese empate se llegaba al descanso y se iniciaba una segunda parte de claro color tordesillano. Los visitantes se hicieron dueños de la posesión y gozaron de hasta cuatro ocasiones claras de gol. Todas ellas partían de centros laterales y de remates desde el corazón del área. Villa, el más activo de su equipo, remató tres balones colgados, pero en los tres emergió la figura de Miguel para desbaratar el segundo tanto del Tordesillas. Acciones de mérito que convirtieron al arquero del Zamora en el mejor de su equipo en el segundo acto.
Así, con el Tordesillas apretando y con el Zamora sufriendo atrás sostenido por su arquero, el árbitro pitaba el final y los puntos se repartían. Un reparto que deja al Zamora con nueve puntos, después de sumar tres empates seguidos, y que le sitúa en la zona media de la clasificación.
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