El Zamora Club de Fútbol regresaba este sábado a la rutina de la victoria. Una rutina que no por habitual deja de ser costosa. No obstante, los rojiblancos sufrieron hasta el descuento para mantener una victoria por la mínima y que se fraguó en el primer minuto de juego. Y es que cuando tan solo se llevaban 58 segundos disputados, un centro lateral de Edu Ruiz fue prolongado por David Álvarez en el primer palo y empujado sobre la línea por Rubén Moreno. 

Esa diana dio paso a minutos brillantes de un Zamora que se encontró con un Santa Marta nervioso, joven e incapaz de soltarse la tensión de medirse al líder. Rubén Moreno erró un mano a mano ante el arquero y dos centros laterales de David Álvarez y Coque no encontraron rematador tras el pase de la muerte. Los rojiblancos eran mejores y merecían aumentar distancias. Pero el fallo constante de las ocasiones hizo que los tormesinos empezasen a crecer. 

Balones largos a la espalda de la defensa y contras rápidas hacían mucho daño a un Zamora que parecía partido en dos. La defensa se desesperaba ante el poco apoyo del resto de compañeros en un trabajo defensivo que no termina de carburar bien en el equipo de Balta. Un trabajo defensivo que es misión de todo el equipo y no solo de una línea de retaguardia que muchas veces se encuentra desguarnecida. 

Llegaba el descanso con más ocasiones y más posesión para el Zamora, aunque con un Santa Marta que encontraba agujeros en el sistema defensivo rojiblanco. La segunda parte fue similar. La escuadra de la capital del Duero fue incapaz de matar el partido. David Álvarez se mantuvo negado de cara a gol, Manu Moreira tampoco pudo con el arquero local en un mano a mano y Vílchez se topaba con el larguero en el tiempo de descuento. Los zamoranos no marcaban y eso hacía que cada balón largo del Santa Marta estuviese lleno de incertidumbre. Cualquier esférico en largo y cualquier contra salmantina abrían huecos en el Zamora. 

Afortunadamente, y pese a que el Santa Marta se mostró un equipo más hecho que en la ida, la realidad es que los tormesinos pecaron de mucha bisoñez en la parte ofensiva y no fueron capaces de aprovechar sus llegadas. Aun así, Balta tuvo que utilizar su segundo y tercer cambio a partir del minuto noventa para perder tiempo en un Zamora que finalizó pidiendo la hora. 

Al final, una victoria que ayuda a regresar al camino del triunfo, que deja buenas sensaciones en cuanto a la capacidad para crear ocasiones pero que también vuelve a dejar un aviso doble: que el equipo necesita más intensidad en las dos áreas, tanto en la propia como en la ajena, para subir su producción anotadora y para dejar de transmitir la sensación de endeblez defensiva que irradia en la mayoría de los duelos.

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