Zuhaitz Gurrutxaga: "Parece que jugar en Primera es maravilloso, pero disfruté bastante más en el Zamora que en Primera División"

El exjugador del Zamora CF atiende a Zamora24horas en su regreso a la ciudad con motivo de la presentación de su libro 'Subcampeón' -escrito junto a Ander Izagirre-, explicando su aventura en el Ruta de la Plata, cómo encontró aquel vestuario o la importancia de la salud mental en el día a día

28 ene 2024 - 08:05
Zuhaitz Gurrutxaga: "Parece que jugar en Primera es maravilloso, pero disfruté bastante más en el Zamora que en Primera División"
Zuhaitz Gurrutxaga: "Parece que jugar en Primera es maravilloso, pero disfruté bastante más en el Zamora que en Primera División"

Nacido en Elgoibar en 1980, Zuhaitz Gurrutxaga debutó en Primera División con 19 años de la mano de Javier Clemente en un Atlético de Madrid - Real Sociedad. Expulsado en su primera aparición, Gurrutxaga se convirtió en un fijo para Clemente y estuvo tres años en el equipo donostiarra, sin embargo, por diversas cuestiones, terminó saliendo de la entidad y acabó pasando por clubes modestos del fútbol español. Una carrera que tuvo una etapa en el Ruta de la Plata con los colores del Zamora CF, donde Gurrutxaga peleó el ascenso a Segunda División en la temporada 2007/2008. Ahora, explica a Zamora24horas sus vivencias al regresar a la ciudad con la excusa de presentar su nuevo libro, 'Subcampeón'.

-Ha presentado en Zamora su libro 'Subcampeón', que repasa su trayectoria como deportista. Mucha gente puede ver a los futbolistas envueltos en una vida idílica, pero usted deja claro que no siempre es así.

-En este libro se muestra que no es oro todo lo que reluce. Tenía un sueño cuando era niño que era jugar con la Real Sociedad en Primera División y lo conseguí, pero no sabía que cumplir tu sueño te puede arruinar la vida. En este libro se hablan de cosas que ni yo hablaba cuando era futbolista, los futbolistas de élite hoy en día también habrá muchas cosas con las que se sientan identificadas en este libro pero que no puedan decir porque hay muchos tabús todavía, sobre todo cuando hablamos de salud mental.

-Lo ha presentado aquí, en Zamora, donde fue futbolista. ¿Cómo fue ese año en el Ruta de la Plata?

-Lo digo en el libro: es el lugar donde más querido me he sentido. Pasó algo ahí, lo hablo con amigos que tengo aquí en Zamora porque solo fue un año, pero el poso que dejó Zamora en mí y, por lo que veo, como futbolista y persona en Zamora fue algo sorprendente siendo solo un año. Fue un año casi glorioso, digo el casi porque casi subimos a Segunda División. Fue un año maravilloso, aquel play-off contra el Rayo Vallecano con el Ruta llenísimo y en Vallecas con muchos aficionados del Zamora... Fue un año maravilloso que está en mi memoria y en la memoria de muchos zamoranos.

-El libro comienza explicando la historia de un chico de Elogibar que cumple su sueño pero, ¿cómo es pasar de un club como la Real Sociedad con todo lo que eso supone a llegar a clubes más modestos?

-Debuto con 19 años en Primera División y todo parece que va genial, juego de titular, la prensa me pone puntuaciones altas y desde fuera parece que todo va bien, pero en mi cabeza se estaba cociendo algo porque no era capaz de gestionar aquella presión o responsabilidad que sentía que caía en mis hombros siendo tan joven. Poco a poco empiezo a tener miedo a jugar en la Real Sociedad, empiezo a preferir estar en el banquillo que jugando porque sufro en el campo y tengo miedo a fallar y decepcionar, ahí se va cociendo algo en mi cabeza que acaba primero en un ataque de ansiedad; luego en depresión; y luego en trastorno obsesivo compulsivo. Imagínate si es difícil jugar bien estando 'normal', pues con estos problemas era imposible. Salí de la Real Sociedad y me fui hundiendo en equipos de Segunda División y Segunda B, hasta que con 26 años recalo en el equipo más modesto de Segunda B que era el Lemona, un equipo vizcaíno de un pueblo de 3.000 habitantes donde al campo no venía nadie a vernos y no asistía la prensa. Ahí es donde resucito, cuando me alejo de toda aquella presión que no pude gestionar y ahí ya me ficha el Zamora y es un momento importante porque hasta entonces me fichaban equipos por ser 'aquel chico que jugó en la Real que no estaba haciéndolo nada bien en ningún lugar, pero que como jugó en Primera a ver si nos da algo', y el Zamora fue el primer equipo que me fichó por lo que era en ese momento y no por lo que fui. Estoy súper agradecido al Zamora por haberme fichado aquel año. Parece que jugar en Primera es maravilloso, pero disfruté bastante más en el Zamora que en Primera División.

-¿Cómo se gestó aquel fichaje?

-En el Lemona de repente espabilo un poco, porque entrenábamos a las siete de la tarde ya que la mitad de los del equipo trabajaban ocho horas y lo daban todo en el trabajo y entrenando. Por vergüenza torera creo que espabilé, jugué 30 partidos como titular y por primera vez en muchos años lo hice bien, o tan bien como para que un equipo como el Zamora se fijara en mí y me fichara. Se gestó como se hace en Segunda B, sin parafernalias ni fuegos artificiales, llamaron al representante y aquí aparecí contento y feliz.

-¿Cómo recuerda aquel vestuario del casi éxito?

-El vestuario era maravilloso. Éramos una cuadrilla que nos juntábamos mucho fuera del campo, que muchas veces es lo difícil en un equipo, nos llevábamos bien y lo que casi conseguimos fue algo grande. Personalmente lo que sentí con el público... me quería de una manera que lo digo en el libro, es el lugar donde más querido me he sentido. No me han tratado mal en ningún lugar, pero aquí el cariño fue especialmente grande y recuerdo aquel año con mucho cariño e intento volver a Zamora una o dos veces al año, siento que una parte de mi corazón quedó aquí y es mi casa de alguna manera.

-En 'Subcampeón' habla de grandes futbolistas como De Pedro, Sá Pinto, Kluivert, Raúl o Tamudo, ¿de qué jugador diferencial se acuerda de aquella temporada con el Zamora?

-Me acuerdo que aquella temporada dimos más de lo que se esperaba, pero estaba la Ponferradina que aquel sí que era un gallo de la categoría y en el Toralín recuerdo que sufrimos muchísimo. La Ponferradina era el Real Madrid o el Barça de aquella categoría y lo recuerdo porque lo sufrí mucho.

-¿Con qué jugador se quedaría de aquel Zamora CF?

-Había muy buenos jugadores, pero sin que se enfaden los demás me quedaría con Dani, el portero, que después llegó a Primera División y era un portero al que le quedaba pequeña la categoría; también con Aitor Sanz, que todavía está en activo en el Tenerife y sigue siendo uno de los mejores jugadores del equipo. Sin desmerecer a los demás me quedaría con esos dos jugadores.

-En cuanto al libro, habla del deporte desde otro punto de vista con un tono tragicómico, hablando de la salud mental. ¿Qué es lo que más destacaría?

-Se habla de cosas serias pero con humor y con situaciones intentando que sean cómicas y gracias aunque lo que estés contando sea serio. Sufrí mucho y hay mucha gente que sufre con esto, pero para mí el humor siempre ha sido una manera de relativizar. Para cualquiera debería serlo, reírte de ti mismo y ridiculizarte es una manera inteligente de coger distancia y relativizar lo que te pasa. En este libro hay cosas que son dramáticas, pero no queríamos que la gente se llevase un mal viaje leyendo este libro y hemos intentado que todas las vivencias acabaran con una media sonrisa y, a veces, con una carcajada y eso es difícil leyendo un libro. Por eso invito a la gente a leer este libro porque va a leer cosas de las que no se habla mucho, pero se va a reír. Tenía muchas cosas que contar, aunque no soy escritor y no quería joder lo que creía una buena idea por ir de escritor así que busqué a uno de los mejores cronistas que tenemos en este país y ese es Ander Izagirre, por suerte le gustó la historia y en diez meses gestamos este libro. Se ve que las historias están bien trabajadas porque las he trabajado durante años, pero se ve la mano de Ander Izagirre y sin él este libro no valdría ni la mitad.

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